El último
escándalo desatado en los aledaños de Mariano Rajoy, el caso Bárcenas, lleva ya camino del olvido.
Pocos días han bastado. Un auténtico huracán de gran intensidad no ha hecho más
mella en él, que otros anteriores.
Se le
podrá criticar, no estar de acuerdo con él, pero nadie podrá decir que no es un
verdadero súper hombre.
Su
designación, según declaró su mentor recientemente, se debió a la negativa de
otros. Fue entonces una solución de segunda clase.
Durante
ocho años, aguantó impasible en la oposición, todo tipo de ataques.
Él,
tranquilamente, fue retirando a la vieja guardia de su mentor. Empezando por
los delfines como Acebes o Zaplana. Para después, con calma y tiempo por
delante, deshacerse de los tres “fontaneros” más importantes que apartó de una
u otra manera del centro de poder. Álvarez Cascos, se marchó y hasta se inventó
un nuevo partido en Asturias para competir. Rato, se estrelló con Bankia sin
haber siquiera despegado y Mayor Oreja, fue ninguneado con el tema vasco, cuyo
colofón final llegó con la puesta en libertad de Bolinaga.
La
contienda entre Aguirre y Gallardón, se finiquitó con el fichaje de este para
el gobierno y la más reciente dimisión de Aguirre. Si bien este tema aún no está
cerrado y probablemente de que hablar mucho todavía.
El
procesamiento de Jaume Matas y el posterior caso Gürtell, llevan ya camino del archivo de la historia y quien sabe si de la nulidad el segundo.
El
desplante de Aznar en el XVI Congreso, se ha convertido en un efusivo
abrazo a la menor ocasión en que se encuentran.
El desafío de Arturo Mas, no le inquieta más allá de tomarse un café en el AVE.
El desafío de Arturo Mas, no le inquieta más allá de tomarse un café en el AVE.
Hasta el caso Urdangarín, que atenta contra la más alta institución del Estado, parece que le resbala por un lado o por otro. Como si nada ocurriera.
Todos los
incumplimientos del programa electoral e incluso hacer lo contrario de lo que
decía, se ha convertido ya en parte de su forma de gobierno, sin olvidar sus
silencios o sus incomparecencias, ante temas que así lo requerían.
En
definitiva, un súper hombre. Incombustible y tenaz. Mariano Rajoy es ya Súper
Rajoy. Ni la "kryptonita" puede con él.
Por favor país movamos nos, se esta riendo de nosotros y encima no hacemos nada luchemos todos juntos por la justicia de este país, tenemos que hacer algo, dejemos nos de quejarnos y dejar pasar el tiempo, se están llevando todo nuestro dinero y encima quitándonos derechos por lo que nuestros antepasados han luchado e incluso en pocas décadas atrás, en vez de avanzar retrocedemos, políticos corruptos del demonio
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