domingo, 29 de octubre de 2017

Una apuesta arriesgada: #Elecciones21D



Jordi Pujol y esposa, votan el 1 de octubre
Sin duda la medida menos esperada tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española ha sido la convocatoria de elecciones autonómicas en el tiempo mínimo que marca la ley, 54 días. Ello nos lleva al día 21 de diciembre, jueves, víspera de navidades.
Si partimos de la premisa de que los hechos acontecidos en Cataluña requerían de la aplicación del artículo 116 y no del 155, dado que los mismos obedecían a un acto de rebelión secesionista y no un simple desacato de las leyes y del normal funcionamiento administrativo de la Comunidad Autónoma.
Esto nos lleva a pensar que todas las acciones que lleve a cabo el gobierno para restablecer el orden constitucional van a ser minuciosamente cuidadas y alejadas de cualquier tipo de intervención que convierta a los agresores en víctimas.
Un objetivo de Puigdemont y sus secuaces es aparecer ante la opinión mundial como víctimas de un estado represor y no democrático. Nada más lejos de la verdad.
La convocatoria inmediata de elecciones tiene ese objetivo. Que sea el pueblo catalán quien en unas elecciones fiables designe a su nuevo parlamento y a su nuevo gobierno. Y cuanto antes mejor.
Los resultados de las últimas elecciones de 2015, donde la candidatura Juntos por el Sí, coalición de ERC y PDeCat (antes CDC, cuya radicalización está muy relacionada con las actividades del abad y la madre superiora), junto a los votos de la CUP, dio al bloque separatista la mayoría parlamentaria y el gobierno. Sin duda en una situación de máximos, que difícilmente se repetirá. Son muchas las cosas que han pasado para que aumente su voto, más bien disminuirá. Luego tenemos que entre abstenciones y otras opciones hay 1.714.129 de potenciales votos, un 32% del electorado. Es decir, que la movilización de ese voto, junto a la reflexión de muchos catalanes que no se sienten a gusto en la situación actual, puede dar un vuelco al resultado.
Así, el diario EL MUNDO ha publicado una encuesta de SIGMA DOS en la que en el mejor de los casos, los separatistas (65) quedarían por debajo de la mayoría absoluta (68). Y la partida no ha hecho más que empezar.
De forma que si se consigue mantener un cierto aire de normalidad en esta difícil situación y llegamos al 21 de diciembre sin picar en ningún anzuelo, que a buen seguro nos lanzarán, es muy probable que el nuevo parlamento catalán y su gobierno respondan a un perfil moderado y alejado de cualquier extremismo.
Y dejamos en el terreno de la ficción que los tres grandes partidos constitucionalistas acudiesen en coalición como una opción de refuerzo para los votos obtenidos.
El respeto a las leyes y la ejemplaridad deben de ser los referentes para que este convulso periodo quede en la memoria de la historia como un fracaso más de los desestabilizadores de España, que llevan siglos en su empeño.

sábado, 28 de octubre de 2017

“Independence day" (2ª parte): El Pucherazo

El presidente del gobierno ayer tras el consejo de ministros
No fue el pasado 10 de octubre, fue ayer viernes 27 cuando el parlamento catalán con ausencia de todos los diputados constitucionalistas (52); del Partido Popular, PSC y Ciudadanos, con 70 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones, "proclamaba la republica de Cataluña". Así, los representantes del 47% de los catalanes se imponen ilegal y arbitrariamente sobre el 53%. Todo un fraude y un desafío a la libertad, la democracia y a las reglas que rigen en un estado social y de derecho. Poniendo en peligro la convivencia pacífica de la sociedad catalana.
Resultado elecciones catalanas 2015

Es la quinta vez que se produce este absurdo y retrogrado intento. Siendo en 1934 la última vez y también la que acabó de forma más traumática. Algo que ahora no debe de ocurrir.
El gobierno español reunido en consejo de ministros extraordinario decretó, tras la preceptiva autorización del Senado, la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española.
La respuesta del gobierno no se hizo esperar. El BOE digital ayer publicaba las primeras medidas implementadas tras el fraude visto en el parlamento catalán:
·        Cese del presidente y todos sus consejeros
·        Disolución del parlamento catalán
·        Convocatoria de elecciones el 21 de diciembre
Los diputados constitucionalistas abandonan la sesión
Estas medidas junto a otras, más las que se irán produciendo en estos días, van encaminadas a devolver la normalidad a la sociedad catalana y evitar lo que se considera un acto de rebelión, que debe de ser respondido desde instancias judiciales, ya que la acción política ha fracasado y el delito está consumado. Son ahora fiscales y jueces, los que desde su obligación, independencia y en cumplimiento de la ley, tienen la acción y la palabra. Los cabecillas rebeldes deben de ser encausados y juzgados por tan graves delitos.
BOE 27 de octubre 2017
Sin duda tenemos días difíciles por delante, pero desde la razón y la defensa del marco legal que los españoles nos dimos en 1978, no cabe ni una acción dubitativa ni componenda alguna. Solo así saldremos reforzados de esta situación y podremos encarar el futuro con decisión y sin pérdida de energía, de forma que sean las demandas sociales más perentorias, como el desempleo, la corrupción política, la lucha contra el terrorismo yihadista, la mejora de salarios y pensiones, la mejora de la productividad y la competitividad de nuestra economía, etc…los referentes de los que tienen la responsabilidad de gobierno.
A los enemigos de España, de la paz y de la convivencia, los tenemos que aislar y marginar. Solo así podremos seguir escribiendo con letras mayúsculas la historia de España.

domingo, 22 de octubre de 2017

Tienen razón



Carles Puigdemont ayer en su comparecencia en Tv
Sí, tienen razón aquellos que denuncian que los acontecimientos actuales están tapando los casos de corrupción y colocando al Partido Popular y á su presidente Mariano Rajoy como adalides de la democracia y del Estado de Derecho.
Pero pierden esa razón cuando critican las medidas tomadas como es la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española.
No había más alternativas, bueno sí, la aplicación del artículo 116, que se encuentra regulado desde 1981 y su aplicación es compatible con la  Ley de Seguridad Nacional del año 2015.
La altanería, el desafío y el incumplimiento reiterado de la ley, no dejaban margen para nada. Solo la llamada al orden y el respeto a las leyes eran el único camino posible tal y como estaba ya la situación.
Aunque tarde, la aplicación del artículo 155 era la única respuesta más moderada y tímida que el gobierno podía tomar. El cese del gobierno catalán, el control de los ´mossos´ y de la televisión pública catalana, eran imprescindiblemente necesarios para evitar que el desafío, la insurrección y el caos, llegaran más lejos.
Todos los partidos constitucionalistas, así como numerosas voces autorizadas, la totalidad de los países occidentales y sus grandes foros de debate, se han sumado a la opinión favorable de la medida. Y solo aquellos partidos que viven del conflicto y el enfrentamiento, junto a sus voceros habituales, han vuelto a sumarse a la crítica de la medida.
El respeto a la ley y a sus procedimientos no pueden obviarse con un pretendido “derecho a decidir” de una parte minoritaria, aunque muy chillona, de la sociedad.
El actual líder catalán, Carles Puigdemont, no podía haberlo hecho peor. Elegido como figura para el “pim, pam, pum” por los que de verdad están detrás de ese movimiento absurdo, que no son otros que los que han sustraído ingentes cantidades de dinero público durante los últimos cuarenta años y que han visto en la quimérica independencia una vía de escape a sus responsabilidades civiles y penales, apoyados por los antisistema de CUP y ERC.
Y no podía haberlo hecho peor, porque lo que si ha conseguido sin duda alguna es que Mariano Rajoy y el Partido Popular, obtengan en las próximas elecciones una mayoría absoluta, bien solos o en compañía de otros de ideología similar.
En definitiva, un niño lo hubiera hecho mejor. Las energías perdidas en sofocar esta rebelión se necesitaban para mejorar muchas demandas sociales, que ahora verán pospuestas su resolución.
Tenemos PP para rato. A disfrutarlo, nos lo hemos ganado.