Hace más de un año escribí un artículo, “El Nuevo Feudalismo”, en el que al final decía: “¿Dónde está nuestro Robin Hood? Vuelve, te necesitamos”.
![]() |
J.M.Sánchez Gordillo, arenga a sus seguidores |
Y no ha sido Robin Hood el que ha aparecido, ha sido “Robin de los Hiper”, Juan Manuel Sánchez Gordillo (1952), alcalde de Marinaleda casi 30 años y diputado autonómico, el que ha cogido el altavoz en lugar de la espada y ni corto ni perezoso, acompañado de sus simpatizantes ha asaltado algún supermercado, alguna propiedad privada y ha organizado una marcha acusatoria de la injusticia social existente, por Andalucía.
No voy a defender, lógicamente, esta actitud de Sánchez Gordillo, creo que este tipo de actos pueden degenerar en actitudes más violentas y de difícil marcha atrás. Pero si hay que reconocer que ha conseguido llamar la atención y la prensa internacional, desde China a EE.UU, se ha hecho eco de sus andanzas y reclamaciones.
Oyéndole, viéndole o leyéndole, no dice ninguna cosa irracional, más bien lo contrario. Todo lógica, coherencia y justicia social.
![]() |
Gordillo, "vigilado" por la policia |
Volviendo al hilo de sus presuntos actos delictivos, también me llena de inquietud y asombro, que ante hechos tan evidentes y retransmitidos en directo, no sea detenido “ipso facto” por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Lo que viene a demostrar sin duda alguna que la policía o guardia civil están “atadas de pies y manos” cuando de políticos se trata. Otra contradicción, ya que el aforamiento de estos personajes les protege de los actos o acciones realizados en función de su cargo. Algo que no concurre.
Y pensando, pensando, llego a la siguiente conclusión: Sánchez Gordillo se sabe impune no por su condición de cargo aforado, sino porque anteriormente otros como Ignacio Urdangarín o Jaime Matas, imputados por hechos muy graves de gran alarma social, se siguen paseando libremente a la espera de que el tiempo pase y todo se olvide.
Y así está claro, que si la justicia es igual para todos, es que es igual para todos.
¿No es verdad Majestad?