Hipócrates |
Una reciente experiencia personal, me ha llevado a hacer alguna reflexión sobre la salud, la sanidad y la profesión médica.
De las múltiples profesiones que hay, una por encima de todas es vocacional. Y esta es el cuidado de la salud ajena. La medicina, ya sean Doctores/as, Licenciados/as o ATS´s. Hay otras profesiones también cuya dedicación exige vocación, pero en ninguna tiene tanta trascendencia como en esta.
Todas las profesiones, exigen dedicación, interés y aplicación. La obtención de un título por si solo no hace a uno/a profesional perpetuo/a.
En España, en los últimos años, se ha conseguido tener una infraestructura sanitaria de primer orden mundial. Tanto en personal cualificado, como en medios y recursos materiales. Algo que es de agradecer a todas aquellas personas que han tenido responsabilidad política y empeño en su implantación y desarrollo. La adecuada utilización de los mismos, llevada con profesionalidad y vocación, muy probablemente evitaría hacer recortes o copagos. O en todo caso minimizaría mucho estos.
Viene esto a cuento, porque de mi reciente experiencia, he observado unos protocolos de actuación más encaminados a cubrir o derivar responsabilidades, con una cierta indiferencia, que a diagnosticar y sanar la causa de los males.
Posiblemente también, la utilización del acceso por vía de urgencias, para obtener un rápido diagnóstico y tratamiento, ayude a esta “sin razón” que al final lo que produce es una perdida de energías y recursos, que probablemente bien empleados, a su vez evitaría acudir a esa vía.
Juramento Hipocrático |
Por ello, es fundamental la vocación. El deseo y la gratificación moral de curar al paciente de sus dolencias. Algo que a través de los siglos se ha simbolizado en el juramento hipocrático y que hoy en día aunque no se haga, su esencia sigue en vigor.
Así que cuando nos encontramos con facultativos/as, que tras unas pertinentes pruebas no encuentran la causa del mal, pero te administran medicamentos y a su vez te derivan a un especialista para que te vuelva a hacer esas mismas pruebas u otras parecidas, sin razones ni indicios que lo aconsejen, es que estamos ante un personal falto de vocación e interés, seguro, y muy probablemente falto de capacidad, conocimientos y empeño sobre esta ciencia de la salud. Y por tanto actuan según lo que coloquialmente se conoce como "marear la perdiz".
Así que no es lo mismo ir a que "te vea el médico", que a que "te vea un médico".
Así que no es lo mismo ir a que "te vea el médico", que a que "te vea un médico".
Estoy absolutamente de acuerdo con tu entrada. Es un poco lo que quise hacer entender ayer: tenemos personal cualificado, pero quizá lo que les falte a muchos (no algunos, no, sino a muchos) sea VOCACIÓN.
ResponderEliminarUn placer leerte :)
Yo iría más lejos .... esos mismos médicos. Tendrán una consulta médica privada??? Porque si la política es el culmen de la corrupción. La medicina tiene el segundo puesto y esto lo digo pensando en los grandisimos profesionales que existen en la salud pública y que son degradados como esos corruptos que haciendo dejadez de sus funciones en la pública nutren sus consultas privadas.
ResponderEliminarPara cuando cortar este miembro corrompido y putrefacto que es el facultativo con consulta privada.
Otro ejemplo del interés privado son la declaraciones de un médico hace unos dias defendiendo que se paguen por las consultas ... porque el tipejo sin escrupulos tiene intereses privados¡¡¡¡
Saludos
Manuel