Interligare no es una casa de citas. Tampoco una página de Internet para propiciar contactos. Es una empresa de esas que se crean al amparo y bajo la ubre del Estado.
Empresa creada en 2009, cesa por insolvencia en 2011. ¡Se acabó la mamandurria!
El problema es esa impunidad que tienen las empresas para delinquir en España. Investigarlas requiere de autorización judicial y la policía se ve “atada de pies y manos”. ¡Ya lo decía mi abuelo!
En este caso, presuntamente varios funcionarios del Ministerio del Interior, quién lo diría, crean una trama al estilo Urtamanguin, para adjudicarse contratos públicos. Colocan a sus hijos y venga a robar los caudales públicos sin pudor alguno.
El Mundo, diario de ámbito nacional, al que le gusta la línea de investigación al estilo de la prensa norteamericana, lleva varios días desvelando las actividades de este nuevo caso de corrupción. ¡Otro más! Su director, Pedro J. Ramírez, parece estar amenazado por algún sujeto perteneciente a la trama. Lo cual ya roza el esperpento en un ´Estado de Derecho´.
Por desgracia no es algo nuevo, ni excepcional. Es algo más que habitual en nuestras AA.PP. donde funcionarios o políticos, utilizan sus competencias de adjudicación de contratos para beneficiar sus bolsillos a pesar -¿o no?- de la ley de contratos del sector público.
Viene ahora a mi mente, Carmen Salanueva (†), directora del BOE allá por 1989, su gestión quedó marcada por: gastos de viajes injustificados, compra de papel por un precio superior al de mercado, contratación irregular de maquinaria, etc. Fue su propio jefe político, el entonces ministro de la Presidencia, Virgilio Zapatero, quien presentó una denuncia ante el fiscal por un fraude que la Intervención General del Estado cifró en más de mil millones de pesetas de las de entonces.
Podríamos poner aquí una larga y extensa lista de casos parecidos. Algo que nos persigue desde la restauración democrática de nuestro Estado. Antes no nos enterabamos. Que no conseguimos acabar con ello por que la persecución y esclarecimiento de estos delitos es harto complicada. Enseguida se clasifican como “Asuntos de Estado” por su trascendencia mediática y todos/as los/as sinvergüenzas actúan de forma impune a sabiendas.
¿Ocurrirá lo mismo con Interligare? Probablemente sí.
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