domingo, 26 de agosto de 2012

Cara y cruz de los recortes


La angustiada situación de muchos ciudadanos que no tienen empleo, la necesidad de aumentar impuestos para corregir el déficit o la rebaja de sueldo a los funcionarios públicos, es precisamente la cruz de la moneda de esta crisis.
Nueva sede del BBVA, en Las Tablas (Madrid) Agosto 2012
La otra cara se puede ver hoy en día. Como algunas de las grandes empresas de este país, el banco BBVA y la petrolera REPSOL, levantan nuevas sedes con inversiones millonarias. La primera está en los comienzos, un enjambre de grúas lo confirma. La otra ya está en los acabados y se ha llevado por delante el bulevar central de la calle con sus árboles y sus flores para permitir los accesos y salidas convenidos. ¿Firmaría la alcaldesa la orden, tal y como se legisló hace tiempo en Medio Ambiente?
Es la prueba de que esto no funciona bien. De que algo está fallando y se tiene que solucionar ya, cuanto antes mejor.
No sé que argumentos tendrán para que en estos momentos tan delicados y difíciles, estas dos empresas levanten tamaños edificios emblemáticos. No creo que sea por que se les han quedado pequeños los actuales, pues eso significaría que se estaba creando empleo y no destruyendo. Tampoco creo que se deba a cuestiones de ubicación estratégica, ya que una se marcha a las afueras del centro urbano y la otra se clava en el mismo centro, tras vender su edificio sin estrenar en "4 torres".
Nueva sede de REPSOL en Madrid
Obedecerá, probable, simple y llanamente, a una cuestión del tipo: "Es todo un espacio diseñado para facilitar las sinergias y la comunicación". Dicho y hecho.
No quiero decir con esto, que no estén en su perfecto derecho como empresas privadas que son de hacer o deshacer sus sedes y oficinas cuantas veces les parezca oportuno.
Lo que si me llama mucho la atención, es que se condicione al gobierno para duras y penosas reformas laborales, para tratar de ajustar costes y mantener la viabilidad de las empresas, para que se inyecte dinero público al sistema financiero que tan mal lo ha hecho y por otro lado se hacen gastos suntuarios para regocijo de sus propietarios y altos ejecutivos.
Y más teniendo en cuenta que esta crisis de deuda tuvo un componente de alto valor en el negocio inmobiliario.
Son dos ejemplos visibles. Seguro que habrá muchos más

2 comentarios:

  1. No es por nada, pero son empresas privadas y, cómo tales, hacen lo que les vienen en gana con su dinero. Por otro lado más preocupante sería toda la obra pública carísima e inútil que se ha hecho en treinta años yq ue nadie ha denunciado hasta que nos han apretado los machos.

    Un saludazo.

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    1. Totalmente de acuerdo. Eso también lo escribo yo en el post. Pero no deja de ser contradictorio o paradójico, que en un momento de extrema gravedad, con grandes ajustes, alguien, ya sea empresa o particular, haga un acto de ostentación tan grande. Algo que solo se hace cuando sobra el dinero y se está creciendo significativamente. Ya sabes eso de “la mujer del César no basta con que sea honrada, debe de parecerlo”.
      Un cordial saludo

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