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Pablo Iglesias |
Su
discurso es ágil, veraz y concluyente, cuando se trata de denunciar todos
aquellos males que nos acucian:
·
Corrupción
y Casta
·
Injusticias
·
Desigualdades
sociales
·
Abusos
del poder
·
Neocapitalismo
salvaje, etc.
Pero ya
es menos creíble y menos contundente, cuando se trata de determinar como se
lucha contra ello.
Para él
todo pasa por quitárselo a los ricos para dárselo a los pobres, como un Robin
Hood del siglo XXI, olvidando que también hay muchos ricos honestos, cuya
riqueza les viene de su emprendimiento, esfuerzo y forma de vida. Y que en
cambio otros, deciden ser pobres por su falta de estímulo ante la vida. Y aquí
es donde se asentó uno de los principales motivos del fracaso del sistema
marxista. No distinguir que el ser humano reacciona de formas diferentes ante
acontecimientos similares. De forma que al restar la ilusión y considerar a
todos igual, lo único que se incentiva es la holganza y la pobreza colectiva.
El
Neocapitalismo, tan vigente ahora, tampoco es la solución. Premia a una clase
social privilegiada y minoritaria, frente a una mayoría social. Estableciendo
cada vez más diferencias entre unos y otros, convirtiendo el empleo en un
privilegio y despreciando el valor del trabajo.
Por ello,
hay que conseguir un sistema equitativo, socialmente sostenible, donde un
empresario que contrata un empleado más, que le reporta un beneficio añadido,
descuente de este una parte para gratificar al nuevo empleado, haciéndole
participe del éxito de la empresa. Solo así, conseguiremos una sociedad más
igual y más justa. Incentivar y motivar el trabajo. Que cada persona obtenga
una recompensa en función de su disposición, de su esfuerzo y de su dedicación.
Podemos
no es “Podemos”.
Podemos
es:
1. Atajar la corrupción con una Justicia independiente y eficaz.
2. Dimensionar el sector público de acuerdo a las necesidades y no con
los intereses de amigos y familiares.
3. Dar al trabajo el valor que realmente tiene.
4. Manejar las cuentas públicas con celo y diligencia.
Si se
aplican estas cuatro sencillas reglas, la prosperidad, la solidaridad y el bien
común están garantizados. Sin utopías marxistas, que lo único que han
conseguido a lo largo de la historia, han sido millones de víctimas, falta de
libertad, de progreso y de igualdad.