Recreación de EuroVegas (ABC) |
En los
últimos años hemos podido comprobar como algunos centros de ocio, que se
prometían como un impulso más a nuestra economía y con expectativas de alta
rentabilidad, han caído en la desgracia de ser cerrados o ayudados de forma
pública, con todas sus consecuencias. Arrastrando con ello a las
infraestructuras que para darles servicio se construyeron. El Parque Warner, en
el sureste de Madrid o Tierra Mítica en Benidorm son dos claros exponentes de
ello.
Ahora se
trata de una prometida y presumida inversión, en una ciudad de juego y ocio, a
construir en unos terrenos situados en Alcorcón. En la zona oeste de Madrid y a
unos 15 kilómetros
del centro.
Su primer
efecto, fue la exclusión de Metrovacesa de la bolsa, ante la expectativa de la
venta de terrenos para tal fin y su plusvalía. Al ser propietaria de una parte
de los terrenos de la zona elegida.
Se trata
en todo caso de seguir creciendo en una economía de servicios, en detrimento de
la industria o del sector primario-agricultura y ganadería-. Obviando que el
sector servicios demasiado notable en nuestro país, requiere del consumo ocioso más
que ninguna otra actividad económica. Y que en nuestro caso, todo se dejaría en
manos de visitantes extranjeros de alto poder adquisitivo, en plena competencia
con otros lugares como Macao, Mónaco o Las Vegas.
Mi
preocupación va más allá del probable o no éxito de su implantación, en cuanto
a que sirva de reclamo a mafias y delincuentes internacionales, pues entiendo
que ya tenemos un buen cupo y poco más se notaría. Para mi lo más criticable
del proyecto son las formas de como se ha presentado y sus consecuencias
probables en nuestra economía.
Presentación maqueta de EuroVegas |
Respecto
a su presentación y que se sepa, todo se ha llevado con un sigilo sospechoso.
Alguna visita a los terrenos, alguna reunión con políticos locales y nacionales,
empresarios y banqueros y un dossier de 300 páginas o poco más donde se
justifica el proyecto. Nada más de momento. En cambio se ha magnificado la
afección a la ley antitabaco, como cortina de humo, pero no se sabe exactamente
la cantidad de capital propio que aportaría la sociedad, pero todo apunta a un
20% ó 25%, requiriendo de un crédito el resto. Tampoco se sabe concretamente el
tipo de ayudas, subvenciones o exenciones fiscales que realmente pretenden, con
lo que desconocemos la riqueza real que dicha actividad generaría y dejaría
aquí. Sus demandas de “un marco legal” para su implantación encierran muchas
dudas e incógnitas.
Se habla
de cifras de empleo e inversión, descomunales. Hasta 250.000 puestos de trabajo
(casi un 10% del empleo actual en Madrid) y casi 20.000 millones de euros. Bajo
mi punto de vista, y suponiendo una construcción continuada durante 10-15 años,
los puestos directos en la construcción difícilmente superarían los 5.000-6.000
empleos. Una vez terminado todo, los empleos fijos a plena jornada no superarían
los 3.000 puestos de trabajo. Y todo ello requeriría de una evolución del
negocio muy positiva. Y aquí es donde surge la gran duda. ¿Es Madrid, el lugar
ideal para una mega-actividad de este tipo, habiendo por el mundo paraísos fiscales
donde todo es más fácil o incluso en España, localidades como Marbella o
Mallorca, con un turismo más selectivo?
Otras
cifras manejadas son 36.000 plazas hoteleras, lo que supondría casi doblar la
actual capacidad de Madrid (45.000 plazas), un incremento de casi 10 millones
de visitantes nuevos, más del doble de los turistas que visitaron Madrid en
2012. Que este año, por cierto, va en caída junto con la actividad del aeropuerto de
Barajas, tras la nefasta fusión de Iberia con British Airways, etc, etc.
Es decir,
unas magnitudes que no son más que una idea, sin una base sólida, que recuerdan
“el cuento de la lechera”.
Cuando
alguien realmente pretende hacer un proyecto tiene el dinero, el coste estimado,
los planos y los plazos más o menos ajustados. Algo que tampoco concurre en
esta ocasión, de momento.
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