Los
recientes y terribles acontecimientos en Siria, donde parece que la población
ha sido atacada con armas químicas, con casi 1.500 fallecidos, muchos de ellos
niños y niñas, han puesto en guardia a la comunidad internacional.
¿Se merecen estos niños tanta barbarie? |
Pero como
suele ser habitual en estos casos, no hay unanimidad entre los estados más
poderosos, para decidir una acción concertada que ponga fin a esa masacre que
lleva ya unos años activa. Se cifra en más de 100.000 muertos el resultado
hasta ahora de esa guerra fratricida.
EE.UU.
anunció un ataque inminente, apoyada por el Reino Unido. Pero el Parlamento
británico votó en contra de dicha intervención. La ONU, sigue sin tener claro
la decisión a adoptar, mientras Francia, sí apoya dicha intervención. España,
en esta ocasión, no sabe no contesta.
Al Asad ¿duro de oído? |
Ayer el
presidente Obama dijo tener tomada la decisión de intervenir y castigar al régimen
sirio, si bien pediría la anuencia del Congreso. Algo que no necesita dada las
grandes atribuciones y competencias que su cargo le otorga.
Rusia,
por su parte, y en palabras de Vladimir Putin, se posiciona: «Decir que el
Gobierno sirio ha empleado armas químicas cuando el ejercito de Siria avanza es
una gran tontería» o «Estoy convencido de que es una provocación de aquellos
que quieren arrastrar a otros países al conflicto y que aspiran a lograr el
apoyo de importantes actores internacionales como EEUU»
Es obvio,
que sin el apoyo de la otra gran potencia y con China también en contra,
cualquier intervención podría ser el detonante de algo mucho más trágico y
destructor.
Mapa de Oriente Medio |
No
podemos olvidar que anteriores intervenciones como las de Iraq, Afganistán y Libia,
no han producido los resultados esperados. Al menos en lo que a la estabilidad,
pacificación e incorporación al mundo civilizado se entiende.
La
situación geoestratégica de Siria, en pleno centro de gravedad de Oriente
medio, junto a Iraq, Turquía, Egipto, Líbano, Irán e Israel, la convierten en
un auténtico polvorín. Algo que unido a la gran crisis económica, política y social, no es nada baladí.
De
momento, hasta el día 9 de septiembre, fecha en que el Congreso de EE.UU. comienza
su actividad, hay tiempo para buscar una solución, que debería de pasar por la
incorporación de una fuerza de interposición de la ONU, “los cascos azules”,
que pongan fin a esa masacre sin poner en peligro la estabilidad mundial. Fuerza
que debe de contar con el beneplácito de todas las naciones interesadas y en su
caso con la fuerza militar internacional como recurso final de apoyo a la labor de “los
cascos azules”.
Algo que
tanto Al Asad como las fuerzas opositoras, apoyadas o no por Al Qaeda, tendrían
en cuenta antes de seguir con esa sinrazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario