22 M, marcha por la dignidad

Hoy sábado 22 de marzo, muchos ciudadanos han elegido Madrid para manifestar su desencanto con la política del gobierno.

Desde hace unos días han emprendido su marcha desde sus ciudades de origen. Unos andando, otros en autobús.

Las carreteras han sido tomadas por la Guardia Civil. Un despliegue mucho mayor que el empleado en operaciones retorno de alto riesgo. Controles y demoras en el viaje han sufrido los manifestantes, que pudiendo estar en la comodidad de sus hogares han decidido venir a Madrid y expresar su desencanto. Todo un ejemplo de compromiso.

Mi sorpresa fue esta mañana, sobre las 12:30 horas. Al dirigirme al centro de la ciudad, observé que la carretera de Castilla estaba cortada para permitir el paso de los manifestantes. Algo que podría parecer un detalle de colaboración yo lo he entendido como una forma de hacer extensivo y molesto a todos los ciudadanos, los inconvenientes de las manifestaciones que no son del agrado del gobierno.

En otras ocasiones, no se habían producido cortes así. Ni con la visita del Papa, ni con otras manifestaciones ideológicamente afines al gobierno.

Controles innecesarios en los accesos a Madrid

Son muchos los artículos de la Constitución Española que han sido y son vulnerados desde el poder establecido. Las relativas a la vivienda, al trabajo, al salario digno o a la tutela judicial, son fiel reflejo de ello. Pero hoy ha quedado manifiestamente vulnerado el artículo 19, que prevé la libre circulación por el territorio nacional. Libre circulación que se ha visto alterada por controles, paradas, interrupciones en carretera no necesarias y un sin fin de acciones, que son más propia de regímenes como el que lidera Nicolás Maduro, que propio de naciones occidentales que presumen de ser adalid de los derechos humanos y de las libertades. Y que acontecimientos muy tristes y recientes, han terminado por desenmascarar la verdadera sensibilidad humana de sus responsables, así como su manifiesta incapacidad e incompetencia para gestionar y resolver situaciones delicadas.

Y es que por tapar la basura no se impide ni su olor ni su acción insalubre.