Estados de La Unión Europea |
Hoy, dos
años después y a la vista de los acontecimientos acaecidos, con la crisis
aparentemente aletargada que no superada, creo más. Creo que la Unión Europea
es un proyecto inviable. Solo se mantiene de forma artificial y en base a los
intereses de unos políticos, que lejos de responder al resultado obtenido,
siguen empeñados en querer alcanzar un objetivo que se antoja imposible. Porque
imposible es someter a una política única, una serie de países de naturaleza e
idiosincrasia muy diferentes, desarrolladas a lo largo de los siglos. Donde el
idioma es su máxima expresión. ¿Y si no hay comunicación directa y continua,
puede haber comprensión y unión?
Si por
ejemplo el tiempo, 12 años, que se ha dedicado a consolidar la moneda única -el
euro- se hubiera empleado en construir la unión política y desarrollarla, muy
probablemente se hubiera desechado ya la idea, o se seguiría buscando el
modelo.
La puesta
en marcha del euro, lejos de ser el camino de la convergencia, se ha
constituido en el camino de la dictadura monetaria y el acento de esas
insalvables diferencias.
Al perder
muchos países la capacidad de devaluación de su moneda y el consiguiente ajuste
económico con el exterior, se ha impuesto la devaluación de su economía global. Salarios
a la baja y precios al alza, han empobrecido su economía. España es un claro
ejemplo. Ahora vemos como se pierde aquella convergencia que nos situaba entre
los primeros países de la UE y que nos llevaba a superar a Italia o Francia en “renta
per capita”.
Ángela Merkel y Mariano Rajoy |
En
nuestro caso sí es cierto que durante unos años, las ayudas recibidas - directas
y vía préstamo - nos permitieron avanzar muy deprisa en la modernización del país.
Pero ahora estamos pagando un precio muy alto por esa rápida transformación.
Con cerca de un billón de euros de deuda pública y más de dos billones de deuda
privada, nuestra capacidad de crecimiento real en los próximos años es nula,
por no decir negativa. Todo nuestro esfuerzo se verá diluido en el pago de los
intereses de la deuda, que no en su amortización. Nuestras cuentas públicas
siguen acumulando déficit y esa es la “prueba del algodón”.
“Ahora, hay que hacer los
cimientos con la estructura ya ejecutada, para impedir que esta se hunda. Un
trabajo de especialistas, no de aficionados.” Era mi resumen de aquel artículo. Y
lejos de tener especialistas, empeñados en la consecución de los objetivos,
tenemos aficionados dedicados a sus políticas internas, electoralistas siempre,
cuyo trabajo en Europa va dirigido a sus electores y simpatizantes. La
construcción de Europa no es su cometido. Solo han convertido Europa, en un
altavoz para sus intereses más domésticos.
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