Mariano Rajoy, hoy en el Senado |
Quiso ir
al tema, sin utilizar el “y tú más”,
para explicar que está pasando y por qué está pasando. De sus labios enseguida
salió el nombre de Bárcenas. Pero
pronto empezó a ahogarse en su retórica. Su primera intervención duró más de 1
hora. Yendo de más a menos.
Alegó que
ya había dado explicaciones en febrero y “en
otras ocasiones que se le ha preguntado”
y que comparecía para “frenar la
erosión de la marca España que algunos cultivan..”. Negando que hubiera
sido por motivo de la amenaza de moción de censura. Calificándola de “irreflexiva y pueril” (primeros aplausos
de su público) ya que “un presidente del
gobierno no tiene por qué acudir a la cámara si hay una moción de censura”.
Y que comparece “para evitar que los
despropósitos se sigan sucediendo”. Toda una declaración de intenciones.
·
Reducción
del déficit
·
Credibilidad
de los Mercados internacionales
·
Alejado
el riesgo de rescate
·
El
paro va a mejor
·
La
EPA, el mejor dato trimestral
·
Etc.
Todos
ellos datos sin un soporte evidente, basado en apreciaciones subjetivas.
Vuelta al
caso central, reconoce haber apoyado a Bárcenas,
que había creído en él y que hasta la justicia había archivado el caso la
primera vez. Que se había equivocado al confiar en Bárcenas y que cortó en cuanto se supo lo de las cuentas en Suiza.
Algo que parece, se contradice con reciente información contrastada. ¿Ha
mentido?
Acusa de
querer “convertir el Parlamento en una
comisaría”, olvidando que el Parlamento es la representación de la
soberanía popular y para eso está. Para debatir, aclarar dudas y alejar
sospechas cuando surgen.
Termina
enunciando una serie de medidas puestas en marcha contra la corrupción:
·
Reforma
financiación de partidos políticos
·
Reducción
de subvenciones
·
Prohibir
donaciones
·
Ídem
en la condonación deudas bancarias
·
Obligar
a presentar balance a los partidos
Medidas todas
ellas más que manidas ya, a estas alturas de la película.
Por su
parte, Rubalcaba, ha ido de menos a
más, hasta acabar pidiendo su dimisión
y no descartando la moción de censura en
un futuro más o menos próximo. Con una exposición centrada, rápido pasó a un “repasemos
los hechos”, dando paso a una cronología detallada de todos esos “despropósitos”
y poniendo el verdadero “fin a la cita” que Rajoy había enunciado primero.
Alfredo Pérez Rubalcaba |
En su
segundo turno, Rajoy, arrogante,
confiesa no haber escuchado a alguno de los portavoces. Sin aclarar a quien.
Nos hace
un alegato de “no culpabilidad”, cita a Bertrand
Rusell: “La calumnia es siempre
sencilla y verosímil” para dar más énfasis a su mensaje, trata de distinguir entre
verosimilitud y veracidad, y dice que “<El
Mundo> manipula y tergiversa adecuadamente para generar una calumnia…”, recordando
una frase de Rubalcaba, para preguntarle acto seguido si ha jugado algún papel
en la calumnia.
Se define
como una persona recta y honrada, arrancando muchos aplausos de su fervorizado
público.
Aclara su
concepto de responsabilidad política, para volver a cargar contra "la herencia y
el pozo" que dejó el gobierno socialista.
Y se
marcha sin responder a una sola de las preguntas que le había formulado Rosa Diez. ¿No la escucho?
Rubalcaba, en su segunda intervención, le
acepta “el cuerpo a cuerpo” y le
advierte que “los socialistas no vamos
a consentir que este caso se metabolice en la sociedad española”. Terminando
con un “váyase si tiene sentido de
Estado”.
Por su
parte, Cayo Lara, le hace una
descripción de la verdadera situación de España; Deuda, Déficit, Paro, Pobreza,
Corrupción,.. y le dibuja un símil de “familia”, que no me queda claro si se
refiere a él, Rajoy, como al “Padrino
de la familia”.
Rosa Díez |
Rosa Diez califica su actitud de
vergonzosa, le recrimina no haber contestado ni una sola de sus 20 preguntas,
le define como “un factor de
inestabilidad de España” y pide su dimisión, cosa que no había hecho
antes.
Los
titulares de la prensa digital coinciden todos ellos, tras más de 5½ horas de
sesión:
“No soy
culpable, no dimito y no convoco elecciones”.
En
definitiva, un trámite más. Un debate descafeinado y un político que no se
arruga ante nada ni nadie. Ya lo dije. Es SúperRajoy.
Muy bien resumida la exposición. Creo que estamos aprendiendo a discernir entre opinión e información en primer lugar. Se nota que aunque hayan pruebas suficientes la tónica es negarlo todo y a ver que pasa.
ResponderEliminarDa un poco de miedo que hasta las personas supuestamente honradas se alíen con un adversario para ¿evitar un mal mayor?.
La cosa es que para el ciudadano medio como yo pierden credibilidad con esas cosas.
Rosa Diez fue un soplo de aire fresco en Asturies hasta que se alió con su EX para dejar fuera a Foro.