domingo, 2 de diciembre de 2012

De Polo de Franco a Botella de Aznar


 De Carmen Polo de Franco (†) a Elvira Fernández de Rajoy, todas hasta la fecha, excepto dos, han pasado o están pasando de forma discreta su importante papel. Si bien "doña Carmen" sumo dos títulos hasta 1973, el de esposa de Jefe del Estado y de Presidente del Gobierno, que ostentaba su marido el general Franco.

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Carmen Polo
Desde Carmen Pichot (†), esposa de Carrero Blanco a Carmen Romero, esposa de Felipe González,  todas pasaron con gran discreción; Amparo Illana (†) esposa de Adolfo Suárez, Mª del Pilar Ibáñez-Martín, esposa de Calvo Sotelo (†) o la más reciente Sonsoles Espinosa, esposa de José Luis Rodríguez Zapatero. Alguna de ellas son perfectas desconocidas para la inmensa mayoría de españoles, por su prudente y sigiloso papel.

Carmen Polo de Franco, la cara femenina del régimen que duro más de 35 años, pretendía capitalizar en su imagen la parte amable del sistema, si bien a la muerte del dictador, pasó a un segundo plano junto con su familia. Sólo la nieta, Carmencita, y algún otro nieto nos sorprendieron con sus “alegres” actividades durante algunos años.
Ana Botella, alcaldesa de Madrid
De “doña Carmen”, podríamos destacar esa voluntad e intento de perpetuar a la familia en el poder, casando a su nieta Carmen, con Alfonso de Borbón y Dampierre (†), cuya ascendencia podía polemizar en quien era el legítimo heredero de Alfonso XIII. Pero los acontecimientos y la testarudez de Franco, auparon a tal menester, al actual Rey de España.
En el caso más reciente de Ana Botella, no ha necesitado interpuestos. Ella sola, apoyada por su marido, tras muchos años de notoriedad, alcanzó la alcaldía de Madrid de una forma algo enrevesada. Primero, se tuvo que convencer al entonces presidente de la C.A.M., Alberto Ruiz-Gallardón, a no presentarse a la reelección y postular su candidatura a la alcaldía. Algo ilógico e inédito, ya que suponía un papel de menor representación institucional. En dicha aceptación al parecer iba incluido llevar en las listas, como segunda, a Ana Botella y muy probablemente la inclusión de él en el futuro gobierno de la nación. Algo que destapó una guerra interna, entre Ruiz.Gallardón y Esperanza Aguirre. Pero que al final, en 2011, se materializó.
Algunos de los invitados a la boda de Ana Aznar
Ana Botella, no tenía ningún mérito para tal menester, sólo el de haber sido la esposa de un presidente del Gobierno.
Con la boda de su hija, en el Monasterio de El Escorial, rubricó su megalomanía, ambición y ansias de notoriedad.
Durante sus años de concejala y posteriormente de alcaldesa sustituta, nos ha regalado innumerables “pensamientos” que han ocupado las páginas de los periódicos de forma habitual.

Sus declaraciones sobre la polución, los mendigos, los matrimonios gays, el cambio climático, el aborto, la violencia de género o la tragedia del Prestige, han jalonado un historial de despropósitos y disparates, sin parangón. Pero ahí está, ahí está…..viendo pasar el tiempo, cerca de la Puerta de Alcalá.
Ana Botella y su vice-alcalde Villanueva, tras la tragedia
 La reciente desgracia de Madrid Arena, ha puesto al descubierto su absoluta ineficacia para gobernar una capital como Madrid. El cúmulo de negligencias, improvisaciones, desmentidos y declaraciones, no han bastado para su dimisión.
¿Qué más hará falta?



5 comentarios:

  1. Lo malo es que a día de hoy se puede gobernar (estar en un gobierno) con ese bagaje y sin pasar por las urnas. Un saludo

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  2. Cuanta razón hay en este artículo... Un saludo

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    1. Como siempre, gracias por vuestros comentarios. Son los que dan o quitan razón a lo escrito.

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  3. Como siempre, un placer leer unos artículos donde la argumentación se articula mediante criterios y datos contrastables. Ameno, instructivo y el análisis comparativo aporta una nueva perspectiva. Gracias.

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    1. Gracias Vicente por tu comentario. Como siempre, trato de plasmar mi visión de los hechos, unas veces más acertado y otras menos. Pero siempre aprendiendo de todos.
      Un cordial saludo.

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