domingo, 10 de abril de 2016

¿Y después qué?


Resultados de las elecciones desde 1996
Nuestro presidente Mariano Rajoy, aún en funciones, tras proclamar a los cuatro vientos que había ganado las elecciones, fue incapaz de aceptar el encargo de S.M. el Rey, para tratar de formar gobierno. Desertó de sus obligaciones. Prefería prorrogar “sine die” su condición provisional, al no estar contemplado ni reglamentado lo que ocurre cuando no se produce una sesión de investidura.
Ello hizo llevar a Pedro Sánchez Castejón -PSOEa tratar de recabar los apoyos necesarios para dicho cometido, con objeto de que ganase o no, el tiempo empezaría a contar.
Y Pedro Sánchez consiguió llegar a un pacto con Ciudadanos de Albert Rivera. Algo que ´a priori´ pocos hubieran considerado como factible. Mucho más fácil parecía llegar a un acuerdo con Podemos. Pero la actitud arrogante, despectiva y desestabilizadora de cualquier acuerdo de cambio, protagonizada por su máximo representante, Pablo Iglesias, nos conduce sin duda alguna a unas nuevas elecciones. La vía del 161 solo es viable con el apoyo de aquellos que quieren romper España. Más fácil hubiera sido apoyar o abstenerse e influir en el nuevo gobierno. Pero no, la ambición de Pablo Iglesias le llevó a dinamitar cualquier tipo de acuerdo.
Los cuatro líderes de los partidos más votados
Convocar unas nuevas elecciones en primer lugar es un despilfarro. Los partidos ya han agotado su capacidad real de crédito basada en los ingresos que por diputado les concede nuestro sistema político.
¿De dónde sacarán ahora el dinero?
Si algo ha quedado claro durante estos meses, es el bajo perfil político de Mariano Rajoy y de Pablo Iglesias, anteponiendo sus propios intereses al interés general de España y de los españoles. El primero ya es una figura de vuelta, ha agotado su credibilidad y su capacidad de acción. El segundo nos ha demostrado que es un farsante, que apoyado en la ilusión de muchos por cambiar nuestro rumbo, lo único que le mueve es su propia vanidad. Un chasco.
Diferencia de voto entre elecciones consecutivas
Pocas alternativas quedan ya, mientras que Rajoy se mantenga al frente del Partido Popular, para crear lo que muchos llaman la gran coalición. La unión de PP, PSOE y Ciudadanos, los partidos constitucionalistas.
Unas nuevas elecciones nos pueden traer muchas sorpresas.
A pesar de lo que digan las encuestas, que nunca aciertan cuando hay grandes movimientos de votos, todo hace pensar que esos cuatro o cinco millones de votos que migran del PP y del PSOE a Podemos y Ciudadanos, pueden optar esta vez por consolidar otras alternativas.
No podemos obviar que mucho voto de Podemos viene del Partido Socialista, igual que mucho voto de Ciudadanos lo era del Partido Popular.
Con lo que puede que ahora, estos electores desencantados vuelvan a sus orígenes o se vean reforzados por otros electores hartos de la pasividad y poco interés, puestos por algunos líderes políticos, que no tienen nada que ver con aquellos otros que dirigieron la transición: Adolfo Suárez, Felipe González, Santiago Carrillo o Manuel Fraga, entre otros, que tanto bienestar y progreso nos aportaron.
Pronto lo sabremos.

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