sábado, 23 de enero de 2016

«El desertor»

Desertar, según la R.A.E., tiene una acepción, entre otras, de: abandonar las obligaciones o los ideales o separarse o abandonar la causa o apelación”.
Esto es lo que a mi modo de ver y entender, ha ocurrido ayer al declinar el candidato del Partido Popular el mandato real que establece La Constitución Española en su artículo 99.1, a pesar de ser la lista más votada.
Lo curioso es que 24 h. antes el candidato a través de Twitter manifestaba que: “Tengo fuerzas y voy a presentar mi candidatura. Los españoles quieren que nos entendamos, el Partido Popular va a dar la talla
Pero en el momento de la verdad, antes de que el rey diera paso al último trámite comunicándole al presidente del Congreso de los diputados la nominación de Mariano Rajoy, este se descuelga y manifiesta: “Agradezco a SM el rey su propuesta para presentarme a la sesión de investidura. La declino porque aún no cuento con la mayoría necesaria.
Es decir, en menos de 24 horas dice una cosa y la contraria. Algo que a muchos tampoco nos sorprende en exceso. Tras estos cuatro años de gobierno, donde hizo todo lo contrario a lo que prometía cuando estaba en la oposición, ya nos tenía preparados. Su sentido de la política, del estado y del gobierno pasa por sus propios intereses. No hay otros.
Además con esta jugada pretende endosarle a otro la responsabilidad de formar gobierno. En este caso a Pedro Sánchez del PSOE. Algo que por cierto puede no ser tan descabellado ante la posibilidad que tiene este de recabar apoyos allí donde él ha sido incapaz. Rajoy no ha conseguido ni el apoyo explícito de Albert Rivera, que dirige la formación más próxima a la ideología política de Rajoy. Pero que ya en su momento descartó apoyarle por activa y por pasiva.
También se contradice con su defensa de ese pacto no escrito de que gobierne la lista más votada. Pero si no se presenta…
Con esta estrategia, si así se puede denominar, lo único que ha conseguido es retrasar el plazo de dos meses previo a la convocatoria de unas nuevas elecciones. Algo que también le contradice pues según muchas fuentes son el Partido Popular y Podemos los dos partidos que más les interesarían unas nuevas elecciones, con las que prevén obtener más votos de los obtenidos el 20D.
La cuestión es que se ha producido un hecho insólito e inédito en nuestra joven democracia. Ni en los peores momentos de la transición ocurrió algo parecido. Durante esos años se hicieron grandes acuerdos que acabaron con la victoria hegemónica del PSOE en 1982. Eran otros tiempos y, España y su futuro marcaban los intereses partidistas. Hoy ya no es así. Priman los intereses personales ante todo.


1 comentario:

  1. Pues yo considero encomiable esa decisión en cuanto pone de manifiesto el paripé que es en realidad el debate de investidura, mientras no haya autentica división de poderes

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