sábado, 24 de octubre de 2015

Comienza la cuenta atrás: 3, 2, 1…


Albert Rivera
Estamos a menos de dos meses de las elecciones generales, quizás las más importantes y trascendentales desde que se restauró el régimen democrático en nuestra querida España.
Por vez primera han surgido dos partidos políticos con posibilidades, sino de ganar si de ser decisivos en la composición de las cámaras y por ende del gobierno. Sus líderes, Albert Rivera y Pablo Iglesias, 36 y 37 años, cuando concurran a la convocatoria, representan dos formas antagónicas de ver España.
Albert Rivera, con una experiencia política de 9 años en el Parlamento Catalán, buena imagen y discurso ágil, representa una moderna derecha que trata de ocupar el centro ideológico. En las últimas elecciones locales y autonómicas, primeras que Ciudadanos se presentaba, obtuvieron un resultado más que esperanzador, convirtiéndose en la llave de los parlamentos y alcaldías de muchos lugares de España.
Pablo Iglesias
Por otro lado Pablo Iglesias, líder de Podemos, es el candidato a la presidencia del gobierno por esta formación. Un partido nacido en consecuencia de lo que se llamo “Spanish Revolution”, un movimiento juvenil que estalló en mayo de 2011, ante la ausencia de ejemplaridad política, donde los casos de corrupción ocupaban las portadas de los periódicos un día sí y el otro también. De ideología marxista, ha ido desplazándose al centro izquierda en un afán de ganar un voto más moderado.
En las encuestas vemos a ambos partidos situados con un notable número de escaños, cercano a cien, si sumamos los de ambas formaciones. Algo inédito en nuestro parlamento y que ha ido en detrimento de los dos grandes partidos: PP y PSOE. El bipartidismo, tal y como lo conocíamos, ha pasado a mejor vida. De tener más del 80% de los votos, en las próximas elecciones no sumarán entre ambos más allá del 50%. Todo un varapalo a unas formas de gobierno, complacientes y tolerantes con la corrupción.
Mariano Rajoy
Si en 2011, fue el PSOE quien pagó los platos rotos de una crisis internacional, ahora en 2015, será el PP, quien pague la factura. En esta ocasión por mantener durante más de veinte años un sistema corrupto de financiación, de Naseiro a Bárcenas,  y un enriquecimiento ilícito de parte de su cúpula directiva. Tampoco han sabido corregir todos esos defectos que imputaron a José Luis Rodríguez Zapatero, que cuatro años después con los datos en la mano, vemos que la situación es la misma o peor en algunos casos.
Pedro Sánchez
El PP con Rajoy, un presidente enrocado, ajeno a la realidad y mirándose todo el día el ombligo, iniciará el día 20, una travesía del desierto, en busca de una nueva identidad y forma de actuar.
El PSOE con Pedro Sánchez, líder renovado recientemente, no acaba de mandar un mensaje nítido y esperanzador, que consiga una remontada de votos significativa y devuelva la confianza perdida por el PSOE en 2011.
A dos meses escasos, este es el panorama. Las urnas nos confirmarán o no los pronósticos. Nos toca decidir.

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