Albert Rivera |
Estamos a menos
de dos meses de las elecciones generales, quizás las más importantes y
trascendentales desde que se restauró el régimen democrático en nuestra querida
España.
Por vez
primera han surgido dos partidos políticos con posibilidades, sino de ganar si
de ser decisivos en la composición de las cámaras y por ende del gobierno. Sus
líderes, Albert Rivera y Pablo Iglesias, 36 y 37 años, cuando concurran a la convocatoria, representan dos formas antagónicas de ver España.
Albert
Rivera, con una experiencia política de 9 años en el Parlamento Catalán, buena
imagen y discurso ágil, representa una moderna derecha que trata de ocupar el
centro ideológico. En las últimas elecciones locales y autonómicas, primeras que
Ciudadanos se presentaba, obtuvieron un resultado más que esperanzador,
convirtiéndose en la llave de los parlamentos y alcaldías de muchos lugares de
España.
Pablo Iglesias |
Por otro
lado Pablo Iglesias, líder de Podemos, es el candidato a la presidencia del
gobierno por esta formación. Un partido nacido en consecuencia de lo que se llamo “Spanish
Revolution”, un movimiento juvenil que estalló en mayo de 2011, ante la
ausencia de ejemplaridad política, donde los casos de corrupción ocupaban las
portadas de los periódicos un día sí y el otro también. De ideología marxista,
ha ido desplazándose al centro izquierda en un afán de ganar un voto más
moderado.
En las
encuestas vemos a ambos partidos situados con un notable número de escaños,
cercano a cien, si sumamos los de ambas formaciones. Algo inédito en nuestro
parlamento y que ha ido en detrimento de los dos grandes partidos: PP y PSOE. El
bipartidismo, tal y como lo conocíamos, ha pasado a mejor vida. De tener más del
80% de los votos, en las próximas elecciones no sumarán entre ambos más allá del 50%. Todo
un varapalo a unas formas de gobierno, complacientes y tolerantes con la
corrupción.
Mariano Rajoy |
Si en
2011, fue el PSOE quien pagó los platos rotos de una crisis internacional,
ahora en 2015, será el PP, quien pague la factura. En esta ocasión por mantener
durante más de veinte años un sistema corrupto de financiación, de Naseiro a Bárcenas,
y un enriquecimiento ilícito de parte de su cúpula
directiva. Tampoco han sabido corregir todos esos defectos que imputaron a José
Luis Rodríguez Zapatero, que cuatro años después con los datos en la mano, vemos que la
situación es la misma o peor en algunos casos.
Pedro Sánchez |
El PP con
Rajoy, un presidente enrocado, ajeno a la realidad y mirándose todo el día el
ombligo, iniciará el día 20, una travesía del desierto, en busca de una nueva
identidad y forma de actuar.
El PSOE con
Pedro Sánchez, líder renovado recientemente, no acaba de mandar un mensaje nítido
y esperanzador, que consiga una remontada de votos significativa y devuelva
la confianza perdida por el PSOE en 2011.
A dos
meses escasos, este es el panorama. Las urnas nos confirmarán o no los pronósticos.
Nos toca decidir.
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