Cuatro
años con Rajoy. Sí, a
finales de diciembre, coincidiendo con la convocatoria de las elecciones
generales, se cumplirán cuatro años de gobierno del presidente Rajoy.
Cuatro
años que no han sido fáciles. Cuatro años de ajustes para intentar sortear esa
crisis que nos golpea desde hace ya 7 años largos. Esta tozuda crisis que solo
tenía un responsable: José Luis Rodríguez Zapatero. Crisis que para resolverla
solo era necesario; “generar confianza y hacer las cosas como Dios manda”. Algo
que le permitía aseverar al presidente: “Cuando yo gobierne bajará el paro”.
Para ello
no era necesario subir el IVA, ni otros impuestos, como hizo Zapatero en 2010,
ni endeudarse irracionalmente, ni tener déficit público. Los españoles no
debíamos de pagar “las gracietas de Zapatero”.
Ante
tales manifestaciones y la evidencia de que Rodríguez Zapatero era el causante
de todos nuestros males, el Partido Popular alcanzó una mayoría absoluta, con
casi once millones de votos, mientras el Partido Socialista perdía más de cuatro
millones de votos, una tragedia electoral.
Así,
empezamos la legislatura. El desempleo siguió aumentando hasta tasas de paro
nunca vistas, a pesar de la dura reforma laboral. El IVA fue nuevamente al alza
y reestructurado, el IRPF también. Entonces ya, la crisis tenía un componente
internacional. Antes no, la culpa era solo de Zapatero.
En esta
singladura, estalló nuevamente el caso Bárcenas, con nuevas aportaciones que
apuntaban, al menos, a una actitud pasiva del presidente. Silencio de este. Por
fin el 1 de agosto de 2013, en una comparecencia parlamentaria, en la que debió
de presentar su dimisión y pasar el testigo a otro compañero de su partido, sin
necesidad de nuevas elecciones, lo único que hizo fue llamar al aclamo de sus
compañeros diputados, esparcir un poco de suciedad entre los demás y no
responder a ninguna de las preguntas que desde la oposición le hicieron y en
especial Rosa Díez de UPyD. Fin de la cita.
Desde
entonces todo ha sido una travesía aún más difícil si cabe. Ninguna de las
medidas implementadas tiene a día de hoy una respuesta positiva con datos en la
mano. Seguimos con una alta tasa de paro, se crea empleo muy precario, el
endeudamiento está ya en el 100% del PIB y el déficit no se corrige. Hay
intentos de secesión de alguna autonomía que no se han sabido atajar en su
momento ni dar la respuesta adecuada. Para más INRI, ha surgido otro caso de
corrupción en el seno del Partido Popular comandado por otra de las personas de
relieve del partido y se ha conocido la irregular, de momento, actitud de quien
fue vicepresidente del gobierno entre 1996 y 2004.
También
se han visto movimientos para acallar a la prensa independiente e incluso se ha
promulgado una ley, innecesaria, que se conoce popularmente como ley mordaza.
Con todo
este bagaje, va a ser el primer presidente desde la restauración de 1975, que
no repita mandato. Algo lógico e inevitable.
El
silencio en su partido, obedece más al temor de represalias que al verdadero
sentir de muchos políticos del Partido Popular. La lista de ´victimas´ ha sido
extensa: Acebes, Zaplana, Mayor, Cascos, Gallardón, Aguirre, etc. Cada uno por
una u otra razón, pero en definitiva apartados de la carrera política.
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