sábado, 27 de agosto de 2022

¡Es vergonzoso!

Ayer leí una noticia en Bolsamanía: “Los británicos pagarán un 80% más por la luz y el gas a partir de octubre”.

Absolutamente demencial. Si la salida de Boris Johnson en Reino Unido podría haber sido una buena noticia por su alocada gobernanza y por la influencia que este país tiene en el mundo, me da la sensación de que no va a ser así.

Llevamos ya más de un año con el encarecimiento imparable de la energía en Europa. Ello a su vez ha hecho dispararse los precios de la alimentación y de la vivienda, dos necesidades más que básicas. Los gobiernos tratan, o aparentan, de tomar medidas para paliar el suceso pero ni con esas. Cualquier intento es criticado y penalizado.

Hace 40 años que el mundo occidental no conocía un incremento de los precios de tal magnitud, además con la contención de salarios que en España lleva ya más de veinte años la situación se está haciendo insostenible.

Una de los factores, no el único ni el principal, que ha desencadenado esta reacción ha sido la invasión de Ucrania por Rusia. Algo que si se hubiera tenido un poco de sensibilidad no hubiera ocurrido. Pero vivimos actualmente en un extraño mundo de intereses y objetivos poco claros. Con unos líderes políticos de lo peor que ha habido desde hace más de medio siglo. Y desgraciadamente no se atisba en el horizonte más inmediato que esto pueda cambiar.

El otro día el presidente francés E. Macron anunciaba “el fin de la abundancia económica”. ¿Se puede ser más necio?...

No, no hemos vivido ninguna época de abundancia. Hemos vivido como siempre, al son de los mercados “esos señores con tanto poder”, que unas veces nos sacan el dinero obtenido con el trabajo de una manera y otras veces de otra. Su codicia es infinita. Mientras, estos políticos mediocres, interesados y egoístas, se pegan la vida padre sirviendo a los intereses de esa élite, cuyas fortunas no se gastarían ni en mil años que viviesen.

Así estas noticias leídas hoy alejan cualquier duda al respecto:

Tras un ejercicio (2021) bastante bueno, unos resultados del 1º semestre (2022) también buenos, las perspectivas de beneficios siguen siendo buenas. Los beneficios empresariales no sufren ni inflación, ni los aumentos de tipos ni nada. Otra cosa es que se pretenda actualizar los salarios, entonces: “El alza de los salarios puede acelerar la inflación y reducir la competitividad de las empresas españolas” y no digamos ya si el objetivo es incrementar el salario mínimo (SMI). Ya en 2021 el gobernador del Banco de España, que cobra 16 mil euros al mes,  previene “contra subir ahora el salario mínimo del 2021, mientras ve “inevitable” que la banca sufra nuevas reducciones de empleo”.

En fin, con estos caraduras al mando del barco, no podemos esperar nada bueno.

Y si esto nos está ocurriendo con un llamado gobierno progresista, no quiero ni pensar que ocurriría con un gobierno no progresista ¡Ni pensarlo!

Lá última que se han "sacado de la manga" es comparar las pensiones con el salario más frecuente para así tratar de justificar una reducción de las mismas. Como si las pensiones contributivas fueran una dádiva del gobierno de turno y no la consecuencia del trabajo de muchos años y sus correspondientes cotizaciones.

 

 


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