domingo, 29 de julio de 2012

El aborto de Gallardón

Las recientes intenciones y declaraciones de nuestro flamante Ministro de Justicia, “estrella” allá donde las haya, han causado una fuerte polémica.
La ley actual contempla tres supuestos para abortar:
1.     Grave peligro para la vida o salud física o psíquica de la embarazada -para lo que no hay límite de semanas de gestación-
2.     Embarazo por violación -hasta las doce semanas-
3.     Presunción de graves taras físicas o psíquicas para el feto -hasta la semana 22-.
La nueva ley del aborto anunciada por Gallardón será de supuestos y no de plazos. Es el aborto eugenésico, el que parece estar cuestionado por esta nueva ley y que fue motivo ayer de un debate en Tele 5. Como suele ser habitual en su línea, “El gran debate”, contó con dos equipos e ideas antagónicas al respecto y la vivencia de una madre cuyo hijo sufre graves secuelas desde su nacimiento y necesita atención permanente las 24 horas.
Vaya por delante que no concibo el aborto como una solución ni que sea potestativo de la madre tomar esa triste decisión, sino como la intromisión en el derecho a la vida de un tercero. Dicho esto, tengo que hacer alguna salvedad.
Es precisamente este tercer supuesto el que más razones ofrece para plantear la interrupción voluntaria del embarazo.
Recientemente, el neurocirujano infantil Javier Esparza, uno de los directores médicos de su especialidad más reconocidos de España, alerta sobre las terribles consecuencias humanas de prohibir el aborto en casos de malformación grave del feto. Esparza expone desde su experiencia los sufrimientos que padecen los niños afectados por malformaciones congénitas del sistema nervioso, como la hidrocefalia congénita o la espina bífida abierta y sentencia: “nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento”.
En el debate, delante de una sufrida madre entregada a su discapacitado hijo, tres de los contertulios alegorizaban sobre la no necesidad de abortar ante un supuesto así. Era algo inaudito y solo opinable desde el desconocimiento absoluto y la intromisión injustificable en la vida ajena. Uno de ellos llegó a plantear que la muerte del niño no era la solución. Algo que todavía me enervó más, ya que viene de una persona de ideas conservadoras y cristianas. Y si algo nos dejó Jesús muy claro es que la muerte es la puerta de la vida eterna, el principio de esa otra vida a descubrir y el final de las necesidades corporales, ya que el alma es todo espíritu y no las necesita.
Pues bien, volviendo a esa labor legislativa. Creo que es un grave error tratar de inmiscuirse desde un gobierno o un parlamento en estas vicisitudes. El legislador lo único que debe es crear las condiciones más favorables para que la decisión que tome cada persona con su conciencia, no se vea influida por factores de carácter material o económico. Allá cada uno con su conciencia. Tampoco debe de facilitar y menos subvencionar la interrupción no justificada del embarazo.
Lo demás es querer hacer de "padre" sin serlo ni haber sido invitado a ello. Por que no quiero pensar que se deba a una maniobra de distracción ante la ineficacia en la reforma y modernización de la Administración de Justicia, que tanto se reclama.

3 comentarios:

  1. Adolfo Suárez dijo una gran frase una vez "hacer legal lo que a nivel de calle es simplemente normal".
    Los políticos se empeñan en hacer leyes que no valen para nada. Es una evidencia, y las cifras lo dicen, que la ley de supuestos provoca la misma cifra de abortos que una ley de plazos. Convertir una ley de plazos en una de supuestos cuando de forma práctica va a ser de plazos es rizar un rizo absurdo que denota ganas de perder el tiempo y/o engañar a las masas.

    Si ahora sale adelante esta prohibición de abortar por malformación del feto lo único que va a pasar es que cualquier con los mínimos medios se irá a Francia o a Inglaterra a abortar allí lo que aquí se prohiba, como ya pasa en el caso de Navarra por ejemplo.
    Hay malformaciones que no hacen viable la vida de un niño. Pretender penalizar el aborto en ese supuesto me parece una canallada, aunque creo que en este caso el ministro no sabía ni lo que estaba diciendo y quizá pensaba exclusivamente en el caso del síndrome de Down.

    Se puede plantear que el estado pague intervenciones en casos de supuestos, pero manteniendo una despenalización en las primeras semanas aunque el estado no lo subvencione.

    Adan, me gustaría que leyeses mi última entrada: http://larepublicaheterodoxa.blogspot.com.es/2012/07/es-responsable-el-gobierno-rajoy-del.html

    Saludos,

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  2. Me ha encantado su artículo y lo veo muy acertado. La labor del legislador, en una sociedad que no carece de medios para informarse, es exactamente la que tan acertadamente dice: crear un marco en el que cada cual tome sus decisiones según su conciencia y lo demás es hacer de padre e imponer creencias o pintps de vista que no todos han de compartir.

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