Ahora sí. Han sido casi 7 años con bastante intensidad en Twitter. Aunque abrí la cuenta en agosto de
2010, realmente empecé a tuitear en abril de 2011. Durante algo más de cuatro
años, hasta mediados de 2015, estaba contento de la red social y de las
opiniones y contra-opiniones que se vertían. Había por parte de todos un gran
deseo de cambio, de relación, de que las cosas se hicieran bien, de intercambio
de ideas, en fin, de participar en el común destino de todos, que hacía Twitter
muy interesante.
Pero poco a poco, este buen ambiente se fue relajando.
Todos queríamos imponer nuestro criterio, nuestra forma de ver las cosas. Se
fue perdiendo el diálogo – las interacciones – para pasar a ser un sitio donde
dejábamos nuestra opinión y basta.
El sentido del humor, en gran medida, desapareció. Algunos
querían hacer prevalecer su posición social sobre los demás, llegaban incluso
al insulto despreciativo, cambiando la percepción que uno tenía de ellos. Al
final, algo virtual acabó siendo como la vida real. Otros, con el complejo de
tuit-star, sentenciaban y bloqueaban sin ton ni son: Ignacio Escolar, Hermann
Tertsch, Pío Moa, Pablo Iglesias, González Pons, Tony Cantó, Mª Antonia
Trujillo,…etc. Una pena, solo buscaban alabanzas a su ego, no críticas. Otros
que pasaron períodos difíciles y encontraron en Twitter afecto y apoyo, pronto
se les olvidó y les volvió a florecer la vanidad.
Hoy ya Twitter para mi es solo un medio de enterarte de
las noticias sin tener que buscar en los periódicos. Siempre hay alguien que en
pocos minutos lanza la noticia. Luego solo te queda contrastar las fuentes y
ampliar la información. Y poco más.
Twitter en si, tampoco ha sabido desarrollar el gran
potencial que tenía. Ha hecho muchos cambios buscando ese liderato en las Redes
Sociales, pero nada. Todo ha sido en vano. Yo estimo que hoy comparado con 2013
o 2014, su potencial e influencia ha caído más del 50% o 60%.
Una red social donde la inmediatez, es decir el tiempo
real, jugaba a su favor se ha dejado comer el terreno por Facebook, una red
social menos inmediata e incluso menos interactiva en un principio.
También, el no haber sabido acabar a tiempo con los trolls
o los perfiles falsos, que no anónimos, ha sido parte de su fracaso. No debían
de haber permitido desde el principio ningún tipo de amenaza, insulto o
propaganda terrorista. Apoyar por omisión este tipo de perfiles, les ha causado
un gran deterioro.
En fin, la vida sigue y hay que
seguir aportando nuestro pequeño grano de arena a esa gran playa que es el
mundo, de la manera que sea.
Una verdadera pena. Gracias que existen los lectores de feed y sigo cada uno de tus entradas en los blog. Yo dejé Twitter hace dos años y me pase a Facebook. Gracias y un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti por tu afectuoso comentario. Un abrazo.
EliminarHola Adan. Es una lástima que dejes Twitter. Sí es cierto que tienes razón en muchas de las cosas que dices, pero me parecía que te resultaba útil y te gustaba. Como estos días atrás he estado despistado, no me había dado cuenta de tu decisión. Bueno, quizá algún día vuelvas. Javier B.
EliminarGracias Javier por tu comentario. Ya sabes, cuando quieras tomamos una cerveza.
EliminarEspero que si no en Twitter le podamos seguir leyendo en este blog. Saludos.
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