domingo, 22 de octubre de 2017

Tienen razón



Carles Puigdemont ayer en su comparecencia en Tv
Sí, tienen razón aquellos que denuncian que los acontecimientos actuales están tapando los casos de corrupción y colocando al Partido Popular y á su presidente Mariano Rajoy como adalides de la democracia y del Estado de Derecho.
Pero pierden esa razón cuando critican las medidas tomadas como es la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española.
No había más alternativas, bueno sí, la aplicación del artículo 116, que se encuentra regulado desde 1981 y su aplicación es compatible con la  Ley de Seguridad Nacional del año 2015.
La altanería, el desafío y el incumplimiento reiterado de la ley, no dejaban margen para nada. Solo la llamada al orden y el respeto a las leyes eran el único camino posible tal y como estaba ya la situación.
Aunque tarde, la aplicación del artículo 155 era la única respuesta más moderada y tímida que el gobierno podía tomar. El cese del gobierno catalán, el control de los ´mossos´ y de la televisión pública catalana, eran imprescindiblemente necesarios para evitar que el desafío, la insurrección y el caos, llegaran más lejos.
Todos los partidos constitucionalistas, así como numerosas voces autorizadas, la totalidad de los países occidentales y sus grandes foros de debate, se han sumado a la opinión favorable de la medida. Y solo aquellos partidos que viven del conflicto y el enfrentamiento, junto a sus voceros habituales, han vuelto a sumarse a la crítica de la medida.
El respeto a la ley y a sus procedimientos no pueden obviarse con un pretendido “derecho a decidir” de una parte minoritaria, aunque muy chillona, de la sociedad.
El actual líder catalán, Carles Puigdemont, no podía haberlo hecho peor. Elegido como figura para el “pim, pam, pum” por los que de verdad están detrás de ese movimiento absurdo, que no son otros que los que han sustraído ingentes cantidades de dinero público durante los últimos cuarenta años y que han visto en la quimérica independencia una vía de escape a sus responsabilidades civiles y penales, apoyados por los antisistema de CUP y ERC.
Y no podía haberlo hecho peor, porque lo que si ha conseguido sin duda alguna es que Mariano Rajoy y el Partido Popular, obtengan en las próximas elecciones una mayoría absoluta, bien solos o en compañía de otros de ideología similar.
En definitiva, un niño lo hubiera hecho mejor. Las energías perdidas en sofocar esta rebelión se necesitaban para mejorar muchas demandas sociales, que ahora verán pospuestas su resolución.
Tenemos PP para rato. A disfrutarlo, nos lo hemos ganado.

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