Ayer tras
“el debate decisivo”, Pedro Sánchez
Castejón no salió muy bien parado en las valoraciones posteriores. Ahora
bien, para mi estuvo en su lugar, con una actitud digna y un mensaje claro: Los
socialistas son los únicos que pueden desalojar a Rajoy, sin que ello suponga una ruptura, como ocurriría en el caso
de Podemos, o de continuidad con una victoria de la
nueva derecha o marca blanca del PP.
¿Pero que
ocurre para que tras estos cuatro años de gobierno de Mariano Rajoy, el PSOE
de Pedro Sánchez no logre remontar,
según las encuestas, los resultados de 2011?
En primer
lugar y sin duda alguna, la aparición de PODEMOS
de Pablo Iglesias, con un discurso más
acorde con el pensamiento de la llamada izquierda española, que ha atraído
votos del PSOE y de IU. Candidatura esta última que se
presenta con otro nombre: Unidad Popular.
Liderada por Alberto Garzón, el gran
olvidado de los medios junto a Andrés
Herzog de UPyD. Formación esta última
también olvidada por los medios y muy castigada por esa desunión mostrada de
gran ingratitud hacia Rosa Díez de
algunos de sus más íntimos colaboradores de antaño, que vinieron a demostrar
porque están algunos en la política.
Pero
volvamos a Pedro Sánchez y su
incapacidad para atraer o al menos no perder votos.
Tras lo
ya apuntado, para mi hay otro claro motivo. Y este no es otro que el equipo que
le rodea, entre los que destacaría a César
Luena y Antonio Hernando, que no
han sabido rentabilizar como partido opositor todos los desbarajustes del
partido en el gobierno, léase el Partido
Popular.
La
defenestración de Tomás Gómez, de la
poderosa Federación madrileña, o más tarde de Antonio M. Carmona, tras su derrota en las municipales madrileñas,
también han abierto una herida en muchos de sus militantes. Herida difícil de
cerrar.
Tampoco
podemos olvidar el desmarque que en alguna ocasión el propio Pedro Sánchez ha demostrado respecto de
su antecesor en el cargo, el denostado José
Luis Rodríguez Zapatero, cuya gestión debería de haber defendido con más énfasis,
pues su único gran error fue estar en el sitio inadecuado en el momento más
inoportuno.
ZP no creó la crisis y trató de hacerla frente de la mejor manera posible, como posteriormente hemos podido percibir
estos últimos años. El PP hizo una
reforma laboral más dura, si cabe, subió el IVA, el IRPF y otros impuestos, no ha
cumplido con los criterios de déficit publico, nos endeudó en más de
trescientos mil millones, no resolvió el problema del desempleo, ni de las
pensiones, soliviantó el espíritu independentista catalán como hacia décadas
que no veíamos…y todo ello en un contexto mundial favorable, con un euro intensamente
devaluado respecto al dólar y un petróleo en mínimos.
España no
se salvó del rescate en 2012, sino en mayo de 2010. En 2012 solo asistimos al
rescate del sector financiero público, con Bankia y su agujero de 23 mil
millones de euros, tras la nefasta gestión de Miguel Blesa y posteriormente de Rodrigo Rato, que la llevaron a la bancarrota. Sin que hasta la
fecha se hayan resuelto las responsabilidades políticas, civiles y penales de
tamaño descalabro.
Que Pedro Sánchez y su equipo no hayan
sabido trasmitir correctamente estos hechos, con convicción, con datos, con
evidencias, es lo que va a llevar al PSOE
a una nueva e intensa pérdida de votos que lo puede alejar de la oportunidad de
gobernar en próximas convocatorias electorales como ya ha ocurrido en otros países
con el Partido Socialista.
Las cosas
son como ocurren y no como nos gustaría que ocurriesen.
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