Zapatero, un impresentable

Hoy la periodista Victoria Prego, quizás una de las mejores periodistas de España, califica a Rodríguez Zapatero de vergüenza nacional, en el diario "El independiente".

No le falta razón. El ínclito pide a la Unión Europea que reflexione sobre su postura respecto a Venezuela. ¡Qué reflexione!

¿Y qué hay que reflexionar? ¿Qué siga encarcelando o eliminando a los disidentes? ¿Qué siga hundiendo, aún más, en la miseria a una de las naciones más ricas de Sudamérica? ¿Qué se siga riendo de las leyes, de los Derechos Humanos y de la Democracia?

Tras unas elecciones amañadas, tras años ignorando el resultado de las elecciones a la Asamblea Nacional, tras una participación ridícula del 30%, el que fue presidente del gobierno de España para vergüenza de todos nosotros y nosotras, pide consideración para un dictador.

Responsable de la muerte de muchos venezolanos y venezolanas que no pueden expresar su opinión por temor a las represalias e incluso a la muerte.

Zp y Pedro J. 

Durante el mandato de Rodríguez Zapatero, no fueron pocos los artículos que escribí en defensa suya. Principalmente sobre su culpabilidad de la crisis de 2008. No tuvo ninguna. Pero a lo largo del tiempo demostró su ineptitud, su falta de visión política y su nefasta colaboración al desarrollo de una política integradora en España. Puso la mecha del enfrentamiento con su particular versión o visión de la "desmemoria histórica". También sirvió de catalizador para el auge del independentismo catalán. Su éxito fue acabar con los asesinatos de ETA, ahora bien, ya no sé si fue cosa suya o de Alfredo Pérez Rubalcaba (DEP), uno de los políticos con más visión de Estado de los últimos 45 años. Sobre lo de Cataluña con su ya famosa y triste profecía a Pedro J. Ramírez: "Dentro de 10 años España será más fuerte, Cataluña estará más integrada y usted y yo lo viviremos", mejor no decir nada. Se comenta solo.

Ahora, desde hace unos años, se ha convertido en el defensor de un político, Nicolás Maduro, que está haciendo sufrir al pueblo venezolano de una forma insoportable. No le importa. No tiene sentido del ridículo, lo ha demostrado con creces a lo largo de los últimos años.

¡Zapatero, por qué no te callas!