miércoles, 11 de septiembre de 2024

Edmundo González, acogido y reconocido

        Todo apunta a que hoy el Congreso español aprobará reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, con los votos del PP, Vox, PNV, UPN y CCa, en total 177.

        Los países que ya expresaron su aval a Edmundo González Urrutia son; Estados Unidos, Perú, Uruguay, Ecuador, Costa Rica, Panamá y Argentina. Ningún país de la U.E. lo ha hecho aun, pero ello no quita para que España, al igual que ocurrió con el reconocimiento de Palestina, lo haga. Si, además, en este caso está refrendado por una mayoría del Congreso, miel sobre hojuelas.

        No hay ya ninguna duda racional de quién ganó las elecciones, ante la falta por parte del gobierno de Maduro de presentar las actas oficiales.

También el silencio de Zapatero es elocuente, así como la verborrea de Monedero escandalosa. Por citar dos políticos españoles muy comprometidos con el actual régimen de Venezuela.

        El asilo dado por el gobierno español es asimismo otro argumento a favor. La vida de él corría peligro y se ha conseguido esa mediación para que viniera a España, país elegido por él. Un gran paso, aunque el Partido Popular por boca de su presidente diga que “se le ha quitado un problema a Maduro” ¿Era mejor que se quedase allí?

        La actual fuerza política ganadora de las elecciones en Venezuela no queda descabezada en absoluto. Ya que es María Corina, vetada como candidata, el verdadero alma de esa oposición que ganó los comicios de forma aplastante (67%) y no el PSUV de Maduro y Cabello que se atribuyen una victoria con el 51% de los votos sin presentar ningún documento oficial que apoye ese resultado, alegando ´hackeo´ al CNE (Centro Nacional Electoral) y una conspiración de la ultraderecha mundial.

Rusia, China, Cuba, Irán, Siria y Nicaragua, entre otros países, reconocen y apoyan los resultados ofrecidos por el régimen chavista. Lo que viene a polarizar otra vez más el mundo. Dos bloques antagonistas, el llamado occidental, con su área de influencia, y el resto. Esto hace que un problema de índole local se convierta en un problema internacional, cuya resolución se hace más compleja por las consecuencias que puede conllevar.

Esta polarización es la que permite que en pleno siglo XXI haya países que no respeten los Derechos Humanos o que se vean sometidos a formas de gobierno dictatoriales, sin horizonte alguno de luz.

Por último, si el Congreso hoy reconoce a Edmundo González como presidente electo, el gobierno debe de dar el paso y alentar así a otros países de la Unión Europea a hacer lo mismo, lo que ayudaría mucho a buscar una solución política en Venezuela a corto o medio plazo. De lo contrario, al igual que ocurre en Cuba, puede eternizarse su vuelta a una normalidad democrática.

¡Viva Venezuela Libre!

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