Mario Draghi, presidente del BCE |
Son
muchas las voces autorizadas que culpan a la falta de crédito, el relanzamiento
de la economía.
Ayer, sin
ir más lejos, leía que varios bancos nacionales e internacionales se había
sentido molestos, por la decisión de Cristobal Montoro de anular un crédito
sindicado ya concedido a Loterías. Las condiciones del crédito eran fabulosas
si las comparamos con los tipos que pagan las empresas españolas. Lo cual deja en evidencia eso de la falta de crédito. Lo que falta es solvencia para pedirlo.
La noticia
también dejaba ver las diferencias entre los dos ministros del área económica,
Sres. Montoro y de Guindos, que parece rivalizan en ser los protagonistas de
nuestra economía. De momento protagonizan y rivalizan sólo en el fracaso. En el
éxito sería ya de tomar las armas, digo yo. Es algo habitual en los jefes
mediocres, enfrentar a sus colaboradores, para ser así respetados por los
mismos. Un líder suma y no divide. Ya saben el dicho ese: “Si rectificas a un sabio le haces más sabio, si rectificas a un necio,
te ganas un enemigo”. Pues eso.
Volviendo
al tema. Hoy Mario Draghi ha anunciado la rebaja de los tipos oficiales en 25
puntos básicos hasta mínimos históricos, ha ampliado la barra de liquidez hasta por lo menos julio de
2014 y ha prometido ayudar al crédito de las pymes, pero sin detalles. Posteriormente
vino el desastre, al anunciar que los depósitos de los bancos en el BCE podrían
verse sometidos a tipos negativos.
Gráfico al tick del Ibex 35, hoy (Bolsamania) |
El Ibex
no se hizo esperar. En poco más de media hora caía desde los 8.563,50 puntos
hasta los 8.286,60 puntos. Un 3,23 % en un rato.
Todo esto
da más que pensar. ¿A qué estamos asistiendo? ¿Qué está ocurriendo realmente?
¿Es lógico anunciar medidas de liquidez y asustar al mismo tiempo? Todo
parece indicar que no.
Estamos
pues ante una actitud irresponsable, ante una absoluta falta de prudencia y
ante una manifiesta incompetencia.
Hoy por
hoy, tanto el Reino Unido, como Estados Unidos y ahora Japón, entre otros, han
venido a demostrar que una de las formas de salir de esta crisis es con una
política monetaria expansiva, afianzando las deudas y transmitiendo confianza
al sistema. En cambio el BCE, con sus tibiezas, sus temores y sus ensayos, no
logra transmitir esa confianza en su política y consecuentemente va en menoscabo
de la economía real.
¡El
cambio es urgente!
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