jueves, 29 de diciembre de 2011

Correspondencia y Aplicación Laboral

En términos de teoría  de conjuntos, podríamos decir que nuestro mercado laboral es una correspondencia  pero no es una aplicación. Todos los que estudiamos en su momento la llamada matemática  moderna,  que nos introducía en la teoría de conjuntos, recordamos aquellos conceptos.  Hoy le he encontrado un sentido a aquello. Si el mercado laboral fuera una aplicación en vez de una correspondencia, aquí no pasaría nada. Pero desgraciadamente es solo una correspondencia.
En términos no matemáticos, yo diría que nuestros "empresarios" ya no ponen esmero, diligencia y cuidado en el empleo; no hay aplicación. Por no poner ya no ponen ni el capital, lo piden prestado a los bancos y pretenden devolverlo con el futuro  beneficio a obtener. Si sale bien, estupendo. Que sale mal, ahí te quedas con “la empresa y sus activos”.
El trabajo cada vez está peor valorado.  Ya no existe esa relación de necesidad entre quien ofrece trabajo – empleador- y entre quién lo demanda –empleado-. Encontrarlo es hoy un privilegio, al alcance de muy pocos. Es lo que hay. La oferta de empleo, escasa y a la baja, es como un plato de lentejas, si quieres las tomas y sino las dejas. La demanda está en niveles más que preocupantes y aquí sí, el mercado laboral es cuasi-perfecto, la oferta se ajusta automáticamente a los niveles de demanda con condiciones a la baja.
La globalización ha llevado a muchas empresas a lo que se conoce como deslocalización. O lo que es lo mismo,  buscar lugares donde el empleo  sea más barato, para reducir costes y después venderlo en el país donde los sueldos son más altos y así incrementar el beneficio. Una verdadera paradoja, ya que de seguir así, lo que en un principio puede parecer algo lógico, acabará convirtiendo  a los países pobres en ricos y a los países ricos en pobres, en lo que pueden  ser ciclos económicos alternativos. Hoy se construye en China, India o Corea para vender en Francia, Alemania o España. Quizás dentro de unos años, empobrecidos estos últimos, las fábricas vuelvan a ellos para vender entonces a los primeros.
¿Conseguiremos convertir la Correspondencia Laboral en una Aplicación?

2 comentarios:

  1. El problema es la nula cultura empresarial española. Solo hay que ver a los dos últimos gaznápiros que dirigen la confederación de empresarios, su filosofía y sus declaraciones. Si la clase empresarial aguanta eso es por que les representa.
    En las naciones avanzadas de Europa se respeta y se valora el trabajo serio; también se incentiva. Un buen trabajador es una activo a conservar, y, aunque el despido es más barato, el empresario, como es de lógica prefiere tener trabajadores de solvencia contrastada. Todo ello salvo los repuntes "neocon" de los "minijobs" y otras lindezas.
    En conclusión, que habrá que esperar entre una clase empresarial cuya miope visión es el mero coste del trabajador y otra, joven, que no acaba de surgir porque no hay crédito. Quizás lo vean nuestros nietos...

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  2. Es lo que hace tiempo me ronda por la cabeza: la reforma laboral que insistentemente nos muestran como necesaria para crear empleo, tiene como objetivo crear las condiciones tercermundista para una deslocalización inversa.

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