
En Madrid, prácticamente, han desaparecido las tahonas –fábricas de pan- y se han sustituido por despachos en diversos modelos de negocio; gasolineras, centros comerciales, pastelerías, 24 horas, revistas y periódicos, tiendas chinas, etc. Casi todos te venden un pan preparado que cocinan en modernos hornos, donde recién salido el producto es crujiente y goloso. Otra cosa es cuando pasan varias horas, que se convierte en una masa plástica o endurece hasta convertirse en cartón. Sin peso, llenas de aire, las barras se deshacen y desmigan. No sé si alimentan, pero las comemos como si tal.
No deja por tanto de ser curioso, que el pan se haya convertido en seña de identidad de los buenos restaurantes. Así es, que cuanto más se precie un restaurante más calidad y variedad de panes te ofrece. El buen pan ha sustituido al buen vino, como distintivo añadido de un buen restaurante.
Hemos perdido el norte y convertido el pan, pan, en un artículo de lujo.
Así que no nos queda otra que seguir el consejo de Jesús de Nazaret y entonar: “No sólo de pan vive el hombre….”. ¿Qué remedio nos queda?
Ya hace bastante tiempo que esos que todo gobiernan se ríen de todos nosotros utilizando como lema el refrán: "A falta de pan, buenas son tortas"...
ResponderEliminarAl pan, pan...
ResponderEliminar