El ´nerviosismo´ de Casado

Varias son las razones por las que Pablo Casado está nervioso y se le nota.

Pablo Casado

Ver que la legislatura se puede alargar hasta empezado 2024, tras la presidencia de España en la C.E.E. y que en estos casi dos años pendientes pueden mejorar mucho las variables económicas a favor de Sánchez, tras la desaparición del Covid como pandemia. El paro, el PIB, la afiliación, la fiscalidad o las pensiones pueden jugar mucho a favor del gobierno. 

La dura oposición que ejerce Vox cosechando sentencias judiciales favorables, el crecimiento en las encuestas de opinión que cada vez se acerca más al PP o la reciente convocatoria en Madrid de 13 líderes conservadores representantes de 12 estados europeos.

Teodoro García Egea

Y tres, la popularidad de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que sigue creciendo. Su espontaneidad, su naturalidad, su locuacidad, sus logros y su forma de comunicar, hacen de ella una líder que ya ha traspasado fronteras internas y externas.

Veamos, primero, es absurdo que el PP vote en contra de la Reforma Laboral que recientemente acordaron Gobierno-Patronal-Sindicatos, el sueño de cualquier gobernante. Pero es más absurdo aun si cabe, porque la reforma consesuada es prácticamente igual a la que elaboró Rajoy en 2012, con algunos matices de escasa importancia para mí. El NO por el NO, no es política de oposición, en mi opinión, ya que da sensación de hacer prevalecer el interés de la persona sobre el interés general.

Reunión líderes europeos en Madrid

En segundo lugar, ese mensaje permanente contra Vox no hace sino afirmar a Vox, un partido conservador a la vieja usanza, que tratan de desacreditarle bajo la etiqueta de extrema derecha o de defensores del fascismo. Nada más lejos de la realidad. Sus planteamientos son constitucionales, su mensaje es claro, sin ambages y que podríamos resumir en Ley y Orden, ambos conceptos necesarios en cualquier sociedad para una convivencia pacífica y en igualdad de condiciones.

Isabel Díaz Ayuso en el circuito del Jarama

Y dejamos para el final esa extraña actitud contra Isabel Díaz Ayuso, que parece haber remitido y que nace de Teodoro García Ejea, secretario general, que por las razones que sean la ve como una rival para sus intereses y no como un valioso activo político, al que le podría sacar mucho rendimiento.

En mi opinión, ni Pablo Casado, ni Teodoro García tienen “la madera” que hay que tener para conducir un partido político, que entre otras cosas tiene un historial reciente de corrupción, igual que el PSOE, y hasta la fecha no ha roto de forma contundente con su pasado. Y tiene que haber en el PP personas de savia nueva, no necesariamente jóvenes, que trasmitan más y mejor, y desvinculen al partido de un historial ciertamente muy poco ejemplar.