sábado, 15 de mayo de 2021

Andalucía, una final para Sánchez

Tras el varapalo sufrido por Sánchez Pérez-Castejón en Madrid recientemente, en la piel de su candidato Ángel Gabilondo, ahora se enfrenta a un nuevo reto: desbancar definitivamente a Susana Díaz de su intento de dirigir el PSOE-A y en consecuencia ser la candidata a las próximas elecciones autonómicas. De no conseguirlo, su figura empezará a ser muy cuestionada, otra vez, dentro del Partido Socialista Obrero Español.

Sánchez abandona la sede de Ferraz en 2016

Su singladura gubernamental desde la moción de censura en 2018, apoyada por partidos de extrema izquierda o separatistas e independentistas, no ha sido todo lo fructífera que le hubiera gustado. Si además añadimos la gestión incierta y muy dubitativa que ha tenido con el control de la pandemia, la administración de las cuentas públicas –más déficit y más deuda-, el nepotismo, la falta de una política de empleo eficaz, un rumbo claro para España, su falta de palabra y sus cesiones políticas a sus socios anti-constitucionalistas, estas elecciones en Andalucía serán vitales para su futuro político en el PSOE. Y Susana Díaz lo sabe.

En octubre de 2016, Sánchez se vio obligado a dejar la secretaría general del PSOE después de once horas y media de Comité Federal, en las que Pedro Sánchez cedió ante el sector crítico y Susana Díaz se erigía en la sustituta natural de Sánchez, tras dejar el partido en manos de una gestora que a su vez convocaría unas primarias donde compitieron Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López.

El candidato elegido ganó prácticamente en todas las autonomías, excepto Andalucía y el País Vasco, territorio natural de los otros contendientes.

Estos fueron los resultados:

Resultado elecciones primarias del PSOE - 2017


Si bien me llamó poderosamente la atención entonces, el retroceso experimentado por Susana Díaz en cuanto al número de avales y los votos obtenidos después. Todo un enigma para mí.

Ahora, el 13 de junio, podrá conocerse quién será el próximo candidato del PSOE a la Junta de Andalucía. Siempre y cuando alguno de los candidatos supere el 50% de los votos. De lo contrario habría una segunda vuelta el día 20. 

Susana Díaz, Juan Espadas, Manuel Pérez y Luis A. Hierro

Díaz lleva meses diciendo que quiere jugar el partido de vuelta con Sánchez, quien ha decidido que en Andalucía estuviera cualquiera menos su rival en aquellas primarias.

Sánchez sabe o cree que Espadas le da alguna garantía de ganar a Díaz. Así que desde el 25 de mayo los cuatro precandidatos; Susana Díaz, Juan Espadas, alcalde de Sevilla y candidato del aparato, el profesor universitario de Economía, Luis Ángel Hierro y el médico granadino Manuel Pérez García, que ya se presentó en otras cuatro ocasiones anteriores, estarán a la búsqueda de los avales necesarios para ser candidatos oficiales, algo que decidirán sus 45.000 militantes.

Andalucía es el feudo natural del PSOE moderno. No en vano, Felipe González, Alfonso Guerra, Manuel Chaves y muchos otros son andaluces. Políticos que escribieron una de las etapas de la democracia española más brillante, entre 1982 y 1996, si bien al final el exceso de poder en el tiempo, sacó a la luz algunos desmanes que acabó con su salida del gobierno. No así en Andalucía que hasta 2019, no cambió de manos, a pesar de ser el PSOE-A la fuerza más votada. Un acuerdo entre PP, C´s y Vox, acabó con más de 35 años de hegemonía socialista.

Ahora en Andalucía se juega el modelo Sánchez, por todos conocido. Dice una cosa y hace la contraria. Y el modelo Susana, genuino del PSOE pos-78.

Toda una final para Sánchez. Si pierde ya se puede ir despidiendo para alivio de millones de españoles y españolas. De los cuales algunos incluso confiamos en él cuando se le defenestró y le llegamos a votar en dos ocasiones, un gran error, como se ha demostrado.

 

 

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