martes, 10 de diciembre de 2024

46 años de Constitución

El Rey Juan Carlos I firmando (Foto ABC)
        El pasado día 6 se cumplieron cuarenta y seis años que los españoles votamos y dijimos sí a La Constitución. En aquel entonces yo tenía 22 años, era la segunda o tercera vez que votaba. Y la verdad es que, la incertidumbre que había en España tras el fallecimiento del anterior jefe del Estado, Francisco Franco, era alta. Las libertades políticas habían vuelto, solo eso.

        El Rey Juan Carlos I se había comprometido a llevar a España a constituirse en un Estado de Derecho, occidental y moderno. Y lo consiguió. Para ello cesó al presidente del gobierno anterior, Carlos Arias Navarro, y nombró a Adolfo Suárez, un hombre inteligente, carismático y con talante, que ayudado por otras personas del régimen como Torcuato Fernández Miranda y Manuel Fraga Iribarne, o Gregorio Peces Barba, Miguel Roca y Jordi Solé Tura, por citar algunos entre muchos otros de la ya pujante oposición, se pusieron manos a la obra poniendo el perdón y la concordia entre españoles como la máxima prioridad, en la búsqueda de un futuro de paz, libertad y prosperidad.

Santiago Carrillo, S.G. del P.C.E. (Foto ABC)

El Partido Comunista había sido legalizado el año anterior. Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri, secretario y presidenta, respectivamente, eran sus miembros más relevantes, que además durante la guerra civil (1936-1939) tuvieron un protagonismo destacado.

Y así llegamos hasta hoy, cuando el fantasma del enfrentamiento y la crispación vuelve a reaparecer de una forma preocupante.

Estos cuarenta y seis años transcurridos han traído una España mejor, sin duda alguna. Más moderna, más rica, más internacional y respetada. Que sigamos así solo depende de nosotros, de la sociedad civil.

Qué al calor de los beneficios políticos siempre hay un grupo de personas, más o menos numeroso, sin principios, sin ideales, sin convicciones y sin vergüenza, es algo inevitable. Lo que si se puede evitar es que alcancen puestos de responsabilidad que les permita llevar a cabo sus desmanes. Esto sí está en nuestras manos.

A lo largo de estos años hemos visto y comprobado que en todos los partidos políticos que han tenido responsabilidad de gobierno, ya sea nacional o autonómico, ha habido corrupción. Son personas que, al amparo de unas siglas, de unas instituciones y/o de unos cargos, se enriquecen a costa del erario y dan rienda suelta a sus más bajos instintos, causando un grave perjuicio a la sociedad, no solo económico sino también ético, al perderse cualquier referencia de ejemplaridad y modelo para el resto.

Por eso, ese día tan tonto, cuando nos toca el rollo de ir a votar, si castigamos de forma contundente al partido o partidos que han amparado esas actitudes, por activa o por pasiva, es muy posible que quienes le releven tengan más cuidado en hacer las cosas mejor. Pero para ello es requisito que no seamos ni fans o hinchas de una determinada formación, por mucho que nos “vendan la moto”. Miremos todos más allá de nuestro entorno inmediato, nos irá mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario