Iustración de Javier Muñoz para EL ESPAÑOL |
Hoy el diario digital se ha despachado bien, ya llevaba unos días, a través de la
habitual carta dominical de su director, alineándose con otros medios de la izquierda revolucionaria y desestabilizadora que ampara también Pedro Sánchez,
presidente del gobierno, esclavo de sus votos, y de los separatistas,
nacionalistas y filo-etarras.
No había peor momento que este para tratar de
desestabilizar una institución y consecuentemente un Estado. No ha importado ¿Ha prevalecido quizás el despecho para ello? Una mortal pandemia, aún
activa, y una crisis económica con un impacto también desconocido no han bastado
para establecer una línea roja y esperar momentos más propicios para ajustar las cuentas y entablar el debate necesario ¿Monarquía o República?
Qué Prado y Colón de Carvajal, Mario Conde o más recientemente Villar Mir, hayan sido objeto de sus múltiples críticas aceradas debe de ser una casualidad ¿o una causalidad?
EL ESPAÑOL, medio digital que surgió en
2015, tras la defenestración, muy bien retribuida, de Pedro J.
Ramírez de la dirección de EL MUNDO,
va a cumplir pronto 5 años de historia. Su evolución ha sido exitosa si
atendemos a la medición de audiencias de Google, Comscore y la OJD. No lo ha
sido tanto si atendemos a la pérdida continua de suscriptores que antes de su
nacimiento apostaron por una línea independiente, rigurosa y plural. Más de
diez mil, entre los que me encontraba. Hoy deben de ser bastantes menos.
Eva Fernández |
Pronto celebrará su 5ª Junta Ordinaria de Accionistas,
presentará unos resultados con números positivos, con un reciente renovado Consejo
de Administración y una de sus bajas más notables del ejercicio, julio de 2019,
la de Eva Fernández, consejera
delegada, que antes había trabajado durante seis años en la dirección general
de EL MUNDO. Y que se ha
incorporado como Directora Global de Comunicación de Telefónica, dejando EL ESPAÑOL.
Ya en mi artículo de despedida como suscriptor resaltaba
la gran dependencia del digital del IBEX-35, verdadero sostén de sus ingresos,
así como de sus reiterados elogios a sus presidentes…y así es muy difícil ser
independiente.
Muchos de sus accionistas minoritarios también quieren
deshacer su inversión pero se encuentran con unas acciones faltas de liquidez. Algunos
inversores minoristas (100 € nominal) ven como se les cobra una comisión
bancaria por custodia año tras año y piden hasta regalarlas. La respuesta del
servicio de atención es remitir a una página web donde un aparente mercado
secundario sirve de plataforma para la compra-venta de acciones. El resumen de
este seudo mercado es sencillamente de risa, no tiene "pies ni cabeza":
Según pude leer entonces en algunos medios e incluso en algún tuit de
su director, casi 6.000 pequeños accionistas invirtieron más de 3,6 MM de euros, algo por
encima del 20% del capital social. En ningún momento, una vez superada “la
travesía del desierto” ha habido una ventana de liquidez para estos inversores,
ya sea mediante reducción de capital, autocartera u otra forma mercantil, de agradecer
a quienes en aquellos momentos apoyaron con entusiasmo e ilusión el nacimiento
de un nuevo medio digital que dirigido por una figura legendaria del periodismo
de los últimos 40 años les pidió su apoyo.
¿Merecerá la pena escribir un
episodio así a estas alturas de la carrera?.
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