Tuit del vicepresidente 2º del gobierno español. 14-abr-20 |
Hoy tras más de un mes confinado, me ha venido al recuerdo
esta canción de Sabina, que entre otras cosas decía:
Y sí, eso nos ha pasado a muchos, por no decir a todos. Estábamos
a mitad de marzo cuando se decretó el estado de alarma. Desde entonces nada es
igual. Todos los días contamos centenares de fallecidos y miles de nuevos casos
detectados. Con ello la economía derrumbada a excepción de esos que aprovechan
cualquier situación, por trágica que sea, para hacer negocio y enriquecerse aún
más.
Las calles vacías, el tráfico en mínimos, las tiendas algo
más concurridas, con ligeros aires de desabastecimiento. Los hospitales
empiezan a ver algo de luz, tras semanas colapsados, sobrepasados en su
capacidad de atención. Morgues improvisadas. Una situación dantesca, aunque algunos y algunas, olvidándose
de todo, pero no de sus objetivos espurios, pretenden aprovechar estos momentos
para imponer sus ideas y métodos políticos. De los miles y miles de fallecidos, no asume ninguna responsabilidad, siendo España la nación del mundo con más víctimas por habitante que cualquier otra. Algo no se ha hecho bien desde el gobierno.
P. Iglesias acepta el cargo. 13 de enero de 2020 |
Justo habían transcurrido 3 meses desde su toma de posesión
del cargo de vicepresidente 2º y ministro de otras cosas, con la fórmula
habitual de “lealtad al rey y guardar y hacer guardar la Constitución”, cuando
nos sale reivindicando la república. Una experiencia política que en España no
ha tenido nunca un feliz desarrollo por muy diversas razones. Tratar entonces
en estos momentos tan difíciles de impulsar un cambio de régimen desde el
altavoz que proporciona un cargo de tan alta representación viene a demostrar
que su presencia en el gobierno solo puede traernos efectos peores que la de
esta pandemia que llevamos sufriendo ya un más de un mes. Sus guiños o gestos hacia
un sistema político de economía centralizada – léase comunismo- no han cesado
durante su aun corto período de gobierno. Su afán de silenciar las críticas, de
nacionalizar medios o recursos privados o la expropiación de la propiedad
privada en base al interés general, han despertado todas las alarmas en
diferentes esferas de la sociedad española. Solo aquellos que ansían vivir de
subvenciones, rentas básicas, universales, o como se les quiera llamar, apoyan
a este personaje. La gran mayoría de la sociedad, la del estímulo, el esfuerzo,
el ahorro…la sociedad que madruga, que dice un partido tachado hoy de
ultraderecha, esa no cae en la trampa del país idílico que nos dibuja este
neocomunismo disfrazado a veces de justicia y progreso social.
Imagen de la guerra civil española 1936-1939 |
Nos queda ahora un largo camino, primero para estabilizar
y alejar el peligro de la pandemia. Luego para reconstruir todo aquello que ha
destruido, que no es poco. Esto no se puede hacer con un gobierno que no tenga
la confianza, no ya solo de una amplia mayoría de la propia sociedad española,
sino de otras naciones y organismos internacionales que nos darían la espalda
en el momento que nuestro rumbo se alejara de lo único que hasta ahora ha
funcionado bien en el mundo, políticamente hablando, que no es otra cosa que el
libre mercado y el Estado social y democrático de Derecho, que inicia nuestra
Constitución de 1978.
Así que si nos han robado el mes de abril, no debemos
permitir que nos roben el futuro. Está en nuestras manos.
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