Ninguna guerra es necesaria, puede ser inevitable, pero nunca necesaria. Y en este caso era perfectamente evitable. Hablo de la invasión, por el ejército ruso, de Ucrania. Aclarado el titular, paso a exponer mi razonamiento.
La OTAN
(Organización del Tratado del Atlantico Norte) o NATO por sus siglas en inglés,
es una organización creada en 1949 por EE.UU., Canadá y diversos países
europeos; entre ellos, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y
el Reino Unido que un año antes habían firmado el Tratado de
Bruselas, con el que creaban una alianza militar, tras la II Guerra Mundial y
ante la política de expansión soviética, que años más tarde formó el denominado
Pacto de Varsovia (1955).
Las
tensas relaciones entre los dos bloques dieron lugar a la llamada “guerra fría”
que tras el liderazgo de M. Gorbachov (1985-1991) finalizó con el derrumbe de
la U.R.S.S., la caída del muro de Berlín y la unificación de Alemania.
Fueron años intensos, donde se estableció un nuevo orden internacional, liderado por EE.UU. y su modelo capitalista, sin antagonismo alguno. Modelo este que se vio también cuestionado en parte tras la crisis de 2008, cuyos efectos aun perduran. Fueron años donde el capitalismo salvaje – Neoliberalismo- impuso sus reglas. Mientras emergía una nueva potencia económica –y militar- China, cuyo régimen comunista adoptó como válidas algunas prácticas del mundo capitalista en cuanto al libre mercado se refiere.
La expansión de la OTAN hasta la frontera de Rusia, incorporando países que habían estado anteriormente en el Pacto de Varsovia o formando parte de la propia U.R.S.S. ha sido el detonante o motivo de la invasión de Ucrania por Rusia, al negarse EE.UU. a cualquier tipo de consideración al respecto e incluso “flirteando” con Ucrania para su incorporación a la OTAN. Algo para mi innecesario y provocador, si se sabe que enfrente hay alguien que no dudará en utilizar todos los medios a su alcance para afirmarse en su posición. En Rusia, hoy por hoy, no hay un sistema democrático. Es una autocracia ejercida por Vladimir Putin, un personaje aparentemente frío, insensible y calculador.
En las
guerras se ve lo peor y lo mejor del ser humano. Es la ocasión más oportuna
para ver el bien y el mal enfrentándose. Las informaciones y desinformaciones
de unos y otros contendientes, nos están mostrando la vileza humana y la
capacidad de hacer daño. Y, como no, la de aquellos que lo ven como una oportunidad de
enriquecerse. También estamos viendo la solidaridad, el trabajo, el esfuerzo y
la entrega desinteresada de otros muchos, para paliar este sufrimiento innecesario, en la
medida de lo posible.
La responsabilidad y culpabilidad de todo lo que está ocurriendo tiene un nombre: Vladimir Putin. Sin duda alguna. Pero también un siniestro personaje, como es Joe Biden, el actual POTUS, debe de llevar en su conciencia, si la tiene, el sufrimiento y horror causados a millones de personas, sin necesidad alguna. Poniendo en serio riesgo la paz del mundo, por una simple demostración de ego y de poder. Por una "cuestión de huevos", que diría un castizo.
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