El título
responde a que entiendo que el partido que de verdad se comprometiera y
acometiera estas ideas, que encierran todos nuestros problemas, ganaría las
elecciones por goleada. Veamos:
1.- Independencia judicial. Conlleva
la desaparición del ministerio de Justicia y la trasferencia de todos sus
medios y efectivos al Consejo General del Poder Judicial. Órgano que debería de
ser nominado entre los profesionales del sector, con absoluta independencia del
Parlamento y del Ejecutivo. Fundamental para la lucha contra la corrupción y la
igualdad de todos los españoles ante la ley.
2.- Reformar la ley electoral. El
actual sistema de elecciones está viciado. En primer lugar por las
circunscripciones que promueven que pequeños partidos nacionalistas alcancen un
peso importante en detrimento de otras fuerzas políticas de carácter nacional,
como pueden ser UPyD o Izquierda Unida. También las listas cerradas, elaboradas
por los partidos, se convierten en una especie de premio, con la consecuente
deuda del diputado/a al partido que le nomina. Lo cual roza el absurdo, al ser
una voz única, la del partido, entonada por todos al unísono. Hay que ir a un
sistema de listas abiertas por unidades provinciales, donde se vote
directamente a los distintos candidatos provinciales. Con un mínimo de 2
candidatos por provincia y un máximo de 10, en función del número de habitantes
de la provincia. Y admitiéndose también la presentación de candidatos
independientes, con un requisito previo de un determinado número de apoyos o
avales. Estos a su vez votarían al presidente entre los elegidos.
Al
tratarse de una acción voluntaria, los candidatos elegidos, no deben de gozar
de ningún privilegio diferente al resto de los ciudadanos: Aforamiento, más allá
del desempeño de su cargo, pensiones, tratamiento fiscal, etc.
3.- Refrendar el actual sistema de Estado.-
Con independencia de mi percepción de que la monarquía es un sistema fuera de
lugar, anacrónico e inútil, la verdadera razón de abrir este debate es recabar
la opinión del pueblo soberano. La actual reinstauración, nace del régimen anterior
del general Franco, que si tuvo una manifestación democrática entonces, si bien
con unos fuertes condicionantes y un gran esfuerzo de consenso por parte de los
representantes de partidos republicanos como el PSOE y el Partido Comunista. Amén
de otros muchos de ideas más conservadoras o liberales, pero no monárquicos. Por
lo que someter esta situación a un nuevo ´referendum´: Monarquía o República,
sería lo más sensato y democrático, con visión de futuro.
4.- Reforma del Senado. El Senado es
una cámara ´zombie´, refugio de ´viejas glorias´o enchufados sin otro destino. Sin
un verdadero contenido político. Aparentemente representan a los distintos
territorios del Estado, pero en estos territorios en ocasiones ni han estado,
ni se les espera, ni se les conoce. Por ello, la reforma debe de ir vía de que
realmente se convierta en la cámara de representación de las diferentes
regiones, donde se debatan los temas de carácter territorial y se llegue a
acuerdos entre los diferentes territorios sin perder de vista el interés común
y general de todos.
5.- Eliminación de los parlamentos autonómicos.
Quizás un tema controvertido, pero no es así. El régimen descentralizado, lo
que necesita son gobiernos “a pie de calle” no instituciones legislando cada
una a su antojo. Para eso en el punto anterior se trata de dar al Senado unas
competencias y unas obligaciones para con todos y cada uno de los territorios
que componen el Estado. No hay que confundir “un gobierno cercano y eficaz con
burocracia próxima e inútil”. Lo actual
es un despilfarro, un absurdo y un pesebre de los partidos para con sus
correligionarios.
6.- Reforma del mercado laboral. El
mercado laboral formado por empleadores y empleados, es un mercado como todos,
de mutuos intereses. Por lo que no puede prevalecer el interés de unos, los más
fuertes, en detrimento de otros, los más débiles.
Es decir,
la necesidad de tener un trabajo que todos tenemos, como modo de subsistencia,
no puede convertirse en el modo de enriquecimiento desenfrenado y sin control
que algunos desean. Esa es la labor del Estado y de los agentes sociales: Crear
un sistema equilibrado, justo, que proceda a un reparto proporcional de la
riqueza generada. Dar al trabajo lo que realmente aporta como valor añadido,
junto con los otros factores clásicos de la producción: la tierra y el capital.
7.- Terminar con el fraude fiscal. El
fraude fiscal y la economía sumergida, muchas veces se confunden, una da paso a
la otra o viceversa. Hoy en día hay medios más que suficientes para acabar
radicalmente con esta lacra social, que repercute en el resto de ciudadanos los
impuestos que otros no pagan. Ello con independencia de un castigo contundente
y ejemplar con estas prácticas.
8.- Sistema educativo. Parece que
cada poco tiempo, el sistema educativo falla y se cambia. Convirtiéndolo en una
especie de juego. Y no, la educación ni es un juego ni es una doctrina. Es una
necesidad básica, que toda nación debe de fomentar entre sus ciudadanos, alejándose
de consignas partidistas, ideológicas o religiosas. Muchas matemáticas,
literatura, geografía, dibujo, etc. Y también leyes. Hay que difundir el
conocimiento de las leyes desde edades tempranas: “Artículo 6.1 del Código
Civil: La ignorancia de las
leyes no excusa de su cumplimiento”. Con esto queda más que justificada su
necesaria difusión y enseñanza.
9.- Venta y privatización de las
televisiones públicas. Otro pecado capital de nuestro Estado, es la
proliferación de cadenas de televisión públicas, cuyo único objeto y final es
el adoctrinamiento y propaganda del gobierno de turno, ya sea nacional o autonómico.
Todas son deficitarias y se sostienen gracias al presupuesto público. ¡Un escándalo!
10.- Sistema fiscal equilibrado.
Parece que ajustar los gastos a los ingresos es una tarea imposible. Imposible
porque el déficit y el endeudamiento irracional están ahí, año tras año, sin
que se intente ni reducirlo de una forma drástica y definitiva. Y no existe una
economía sana mientras estos dos factores no se vean reducidos y anulados. Como
mejorar los ingresos es algo que no depende de uno, lo que se debe de acometer
es reducir los gastos, adecuarlos a la realidad y hacer desaparecer todos
aquellos gastos que no sean vitales, estableciendo al menos plazos y objetivos
alcanzables. No se debe de despilfarrar el dinero público creando falsas
necesidades u obligaciones.
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