"La Bestia" |
El pasado
mes de Junio, el Papa Francisco advertía durante la misa celebrada en la
Casa Santa Marta de «los corruptos» que, según el apóstol Juan son «el
anticristo» y que «hacen mucho mal a la iglesia porque son adoradores de sí
mismos».
Yo, sin atribuirme
la idea, era algo a lo que llevaba dando vueltas mucho tiempo. Basaba mí
asociación en la confluencia de tres grandes males; la codicia, la avaricia y
la hipocresía, que confluyen en esa clase perniciosa que son los corruptos. Activos
y pasivos. O sea corruptores y corrompidos. Da lo mismo que lo mismo da.
Desde
siempre hemos visto asociada la religión con el poder, el dinero y el pecado. Se
predica una cosa pero se hace otra. La farsa y el engaño acompañan a esos
personajes codiciosos, cuya "adoración a Dios" es sólo una estrategia, para
aparentar un papel que dista mucho de sus verdaderos intereses y objetivos. Para
ello utilizan a la Iglesia y su gran influencia sobre millones de seres
humanos, que sí viven el espíritu cristiano y solidario. Aquella frase de Jesús,
que decía “Más fácil es que un camello
entre por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Reino de los Cielos
(Mateo 19,24)” no es más que la predicción y constatación de lo que expongo.
Niña desnutrida, a punto de ser alimento del buitre. |
Es
imposible, materialmente hablando, amasar una gran fortuna si no es en
detrimento de otros. Es decir, si el pecado no es el medio. Si la pobreza y la malnutrición de millones de seres humanos, no se manifiesta.
Y es que
la iglesia que fundó Jesucristo, no es la de los grandes boatos, las misas
dominicales o las influencias políticas. No. La Iglesia de Jesucristo es la de
la Madre Teresa de Calcuta, San Francisco de Asís, la Madre Maravillas o la más
recientemente fallecida Madre María Emilia Igartua, ejemplos de cristianismo. Todas ellas, vidas entregadas a hacer el bien al prójimo,
sin mayor recompensa que la de saberse benefactores de la humanidad, de los más necesitados.
Es alucinante. Yo ahora mismo me estaba solazando con Platón y el arte de la retórica solo por ver de entender algo que es mas viejo que el cantar pero mas difícil de solucionar.
ResponderEliminarEl ladrón ¿nace o se hace?
¿Son ladrones que se meten a políticos?
No se.
A mis hijos cuando eran adolescentes allá por los años 90 ya les dije que quien roba a un ladrón no solo no tiene cien años de perdón sino que es otro ladrón y peor.
Si os fijais acordais a principios de este siglo vivimos una época exacerbada de algo así como que quien no robaba es que era idiota.
Pero no es asi de ninguna manera.
La foto me parte el corazón. Llegar a ese grado de indiferencia por la vida por tener una buena foto.
Y premio Pulitzer
Se suicidó tres meses después.
Estoy de acuerdo. Yo dudé mucho para incluir esa foto tan brutal. No me gusta nada el sensacionalismo, pero creo que era tan ilustrativa de lo que pretendía decir, que al final sucumbí a la tentación. ¡Sin humanidad no hay vida!
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