sábado, 13 de octubre de 2012

Justicia Social: El Resumen

Altos ejecutivos, "salvando" el mundo
Conservadores, socialistas, progresistas, reformistas, liberales, comunistas, etc. Un sin fin de epítetos para catalogar diferentes formas teóricas de hacer política. Leídos sus manifiestos, todos son loables y ejemplares. Es su puesta en práctica la que deja mucho que desear.
 


Yo me atrevería a fundir todas esas ideas e intenciones fracasadas, en una sola: Justicia Social.
¿Y que entiendo yo por Justicia Social? Algo muy simple, que como muchas otras cuestiones se refleja en nuestra Carta Magna, en su título I “De los Derechos y Deberes Fundamentales” y muy especialmente el artículo 35.1:

 “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.

Y es que sin el ejercicio de este deber y de este derecho, difícilmente se pueden ejercer otros.
Que todas las personas no respondemos de la misma forma ante unos determinados estímulos y que se deben de establecer diferencias en función de esa respuesta, ante el diferente esfuerzo que cada uno realiza es algo que está fuera de toda duda.
Dinero, dinero y dinero
¿Pero hasta cuanto es esa diferencia y en base a que se establece? ¿Pueden dos personas que se esfuerzan de forma similar, relativamente hablando, tener diferencias salariales de más de 500 ó 1.000 a 1? ¿Qué hace una persona con un sueldo de por ejemplo 9 millones de euros tan abismalmente diferente a otra de 14.000 euros? ¿Despliega tanto valor añadido o le pagan por otros “asuntos más delicados”? ¿Hasta cuando esta obscenidad en los salarios? Y no me refiero a esas excepciones como pueden ser deportistas, artistas o cantantes de élite, cuya remuneración va ligada directamente a los ingresos que generan. No. Me refiero a esos presidentes y altos ejecutivos, cuyas remuneraciones no se sustentan con su capacidad de generar riqueza y que muchos otros serían capaces de desarrollar e incluso mejorar.
Es hora pues, de que los sueldos o salarios se repartan en proporciones más justas y equitativas, respondiendo de verdad al esfuerzo y valor generado por el trabajo, algo no tan difícil de cuantificar.
Es hora pues, de dar al Trabajo, verdadera y única fuente de riqueza y bienestar, su valor. Por que una sociedad justa, es una sociedad feliz y solidaria.

4 comentarios:

  1. Hola.
    Supongo que todo "el problema" se solucionaría con la implantación del Socialismo como régimen. Pero no el socialismo "de pega" como proclama hipócritamente el partido que todavía lleva de manera indigna la palabra "socialista" en su nombre y siglas, sino de una manera real, igualitaria, justa y equitativa.
    Desgraciadamente, estos adjetivos no son entendidos ni gustan a muchos, por consiguiente seguiremos repitiendo los mismos errores y teniendo los mismos deseos y anhelos que hasta ahora; este país no tiene lo que hay que tener para un revolución, único camino hacia el cambio.

    Salud!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo, supongo que sólo sería necesario un menor egoísmo y una mayor conciencia de que todos tenemos que vivir. A partir de ahí, la distribución de la riqueza se podría hacer de forma más racional y humana.
      Gracias por tu comentario.
      Un cordial saludo.

      Eliminar
  2. España atraviesa una muy delicada situación y aunque ya ha habido movilizaciones, la gente está generalmente pasiva, está a verlas venir. Yo no tengo la receta para salir de la crisis, eso les corresponde a los que están en el poder, pero parece que no lo están haciendo demasiado bien. Y me refiero a los de ahora, pero también a los de antes. Puede que sus salarios escandalosos, como dices, les alejen de la gente y sean incapaces de entender la difícil situación de un parado que cobra 465 euros al mes o de un jubilado que tiene que comprar sus medicinas con 700 euros mensuales de pensión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay un desprecio absoluto al trabajo. No se valora en su justa medida.
      Gracias por tu comentario.

      Eliminar