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Yo soy uno de aquellos suscriptores y accionistas de
comienzo (2015) que apoyaron a Pedro J. Ramírez tras su injusta defenestración del diario EL
MUNDO. Un despido bien pagado, pero que sin duda supuso un fuerte varapalo profesional para
él. Hoy ya recuperado y en olor de multitud (de personas influyentes sobretodo), como le gusta a él.
En el anterior artículo "Adiós a EL ESPAÑOL" exponía las razones por las que dejé la suscripción al diario digital. En este me voy a centrar en ese desinteresado apoyo que recibió por miles de personas para lanzar su nuevo periódico, en esta ocasión digital, #NoHacefaltaPapel. Así, aprovechando una sociedad de su hija María y su yerno Eduardo Suárez trazó su plan estratégico para el lanzamiento. Posteriormente, ya sin ellos, se cambió el nombre a EL León de El Español Publicaciones, S.A. En un principio se emitieron participaciones en la sociedad para después convertirla en sociedad anónima y de esta manera las participaciones se convirtieron en acciones de la sociedad. Con un total de 171.349 títulos de 100 € de valor nominal.
Pedro J. Ramírez, presidente y director, es un periodista
con mucha historia (Logroño, 1952), uno de los hombres más influyentes de nuestro
país y con buenas relaciones dentro y fuera. Adalid de la justicia y la verdad, que
no solo ejerce en el mundo político y social, sino también en el económico y
financiero. Así se permite cuestionar muchas veces trayectorias de otras
empresas cuyos aconteceres se alejan, en su opinión, de lo que debe ser una
gestión empresarial; honesta, transparente y eficaz. Y aquí está el motivo de
mi artículo. "Consejos vendo que para mí no tengo". Veamos.
Tras el exitoso “crowdfunding” que captó 3.605.900 €
(21,04% del capital) de 5.592 accionistas con una aportación media de 645 € que
fue, lógicamente, motivo de gran alegría, en estos siete años no ha dado un paso para
permitir la salida (con pérdidas o ganancias) de aquellos que por el motivo que
fuera, querían dejar de participar en el proyecto. Sí en cambio ha permitido la
entrada y/o salida de otros socios, sin que los minoritarios tuviesen la más mínima
oportunidad de deshacerse de sus acciones en estas ocasiones. En muchos casos
con una acción o pocas más.
Así se creo una página web con su correspondiente manual de uso para facilitar el intercambio (compraventa) de acciones. Pero el análisis de esta página a lo largo del tiempo viene a corroborar que es una entelequia. Llena de ofertas ficticias que nunca se ejecutan. Ver resumen:
Cuadro resumen oferta-demanda de acciones |
Durante este tiempo, EL ESPAÑOL se ha consolidado como uno
de los tres digitales de más difusión según datos que publican apoyados en la
plataformas Comscore, Google analytics u OJD. Igualmente, ha entrado en
resultados positivos a partir del ejercicio 2019 y a la espera de los
resultados de 2021. Pero este cumplimiento del plan estratégico tampoco ha
servido para abrir una ventana de liquidez para los accionistas minoritarios. Las pérdidas iniciales de más de 6 MM €, han deteriorado el Patrimonio Neto de la sociedad que hasta el último ejercicio declarado ascendía a más de 11 MM €, una cantidad creo que exagerada para una empresa de esas características. El valor contable de la acción sería entonces de 65,58 € (-34,42%).
Así pues mi pregunta sería:
¿Qué diría o escribiría Pedro J. Ramírez de otro diario de
la competencia que tuviera un comportamiento similar con sus accionistas
minoritarios que tanto le apoyaron moralmente, e incluso económicamente?
¿Lo aprobaría o sería objeto de su crítica más mordaz?
La ejemplaridad, los hechos no los dichos, es una cualidad
indispensable para poder ejercer una crítica veraz y creíble. Es lo que hay.
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