lunes, 17 de agosto de 2015

¿Prostitución sí o no?



Hoy, tras un estupendo artículo de Julia Tena en EL ESPAÑOL y un tuit de su director Pedro J. Ramirez, se abrió un intenso debate en Twitter, a favor o en contra de castigar o no la prostitución. Una actividad que va asociada a la trata de blancas, al proxenitismo, a la marginalidad y la delincuencia.
La prostitución la define nuestra RAE como: “Actividad a la que se dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de dinero”. En principio nada delictivo, ni punible. Las relaciones sexuales, normalmente se mantienen por atracción, por pasión, por amor o simplemente por mutuas ganas o deseos. Que sean a cambio de dinero, no condiciona para nada la libertad de elegir y por lo tanto es un acto de libre voluntad.
Es un debate antiguo, tanto que ya en vida de Jesús de Nazaret, la hoy Santa María Magdalena, estuvo a punto de ser lapidada por dedicarse a la prostitución. Más tarde se convirtió en una discípula ejemplar.

Otra cosa es la trata de blancas o el proxenitismo, actividades que si van ligadas a la ilicitud o ilegalidad de la prostitución, en las que se ejerce una violencia sobre la mujer, para que esta se dedique a ello. Algo que se terminaría radicalmente en el momento que dicha actividad sea legal y cumpla ciertos requisitos; como son la vigilancia sanitaria, el ejercicio en locales habilitados y discretos, y darse de alta como empresario, autónomo o empleado por cuenta ajena. Y no hay más. La inquisición es cosa del pasado y nadie puede cohibir a nadie, hacer con su cuerpo y con sus sentimientos lo que quiera, mientras se respete a los demás.
Que pueda ser una profesión o actividad mal vista, afectará a la persona que a ello se dedica y a su entorno en todo caso, pero ello no implica que el resto de la sociedad, a veces de forma hipócrita, nos convirtamos en la salvaguardia de quien así decide vivir.
Si bien es la prostitución de mujer con hombre, la más habitual y numerosa, también existe la prostitución hombre-mujer, hombre-hombre y mujer-mujer, pero estas al ser tan poco relevantes, no son objeto de debate alguno.

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