Hoy, tras
un estupendo artículo de Julia Tena en EL ESPAÑOL y un tuit de su director
Pedro J. Ramirez, se abrió un intenso debate en Twitter, a favor o en contra de
castigar o no la prostitución. Una actividad que va asociada a la trata de
blancas, al proxenitismo, a la marginalidad y la delincuencia.
La
prostitución la define nuestra RAE como: “Actividad a la que se dedica quien
mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de dinero”. En
principio nada delictivo, ni punible. Las relaciones sexuales, normalmente se
mantienen por atracción, por pasión, por amor o simplemente por mutuas ganas o
deseos. Que sean a cambio de dinero, no condiciona para nada la libertad de
elegir y por lo tanto es un acto de libre voluntad.
Es un
debate antiguo, tanto que ya en vida de Jesús de Nazaret, la hoy Santa María
Magdalena, estuvo a punto de ser lapidada por dedicarse a la prostitución. Más
tarde se convirtió en una discípula ejemplar.
Otra cosa
es la trata de blancas o el proxenitismo, actividades que si van ligadas a la
ilicitud o ilegalidad de la prostitución, en las que se ejerce una violencia
sobre la mujer, para que esta se dedique a ello. Algo que se terminaría
radicalmente en el momento que dicha actividad sea legal y cumpla ciertos
requisitos; como son la vigilancia sanitaria, el ejercicio en locales
habilitados y discretos, y darse de alta como empresario, autónomo o empleado
por cuenta ajena. Y no hay más. La inquisición es cosa del pasado y nadie puede
cohibir a nadie, hacer con su cuerpo y con sus sentimientos lo que quiera, mientras
se respete a los demás.
Que pueda
ser una profesión o actividad mal vista, afectará a la persona que a ello se
dedica y a su entorno en todo caso, pero ello no implica que el resto de la sociedad,
a veces de forma hipócrita, nos convirtamos en la salvaguardia de quien así
decide vivir.
Si bien
es la prostitución de mujer con hombre, la más habitual y numerosa, también
existe la prostitución hombre-mujer, hombre-hombre y mujer-mujer, pero estas al
ser tan poco relevantes, no son objeto de debate alguno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario