domingo, 14 de junio de 2015

Por un cambio a mejor



Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid
Ayer sábado se constituyeron muchos ayuntamientos. Entre ellos, Madrid y Barcelona. Manuela Carmena, ex magistrada, de 71 años de edad, con un largo historial profesional en la abogacía y en la judicatura, fue nombrada alcaldesa de Madrid, en representación del partido ´Ahora Madrid´ con el apoyo del PSOE, desbancando al PP, tras más de 20 años dirigiendo la institución. Por otra parte, Ada Colau, activista de la PAH, tomó la vara de mando consistorial en el ayuntamiento de Barcelona, desplazando al PSC y a CIU, quienes habían llevado las riendas de la ciudad durante las últimas décadas.
Sin duda, dos cambios muy significativos, que abren un período de gran incertidumbre y también de esperanza.
Que los últimos años en España han sido desde el punto de vista institucional catastróficos, no lo discute nadie. La corrupción en su máximo esplendor se ha manifestado, casi impune y arrogante, por multitud de organismos oficiales. Sin que todos los casos judiciales abiertos hayan servido para trasmitir tranquilidad a los ciudadanos. Más bien al contrario.
Ahora nos queda por ver si este aparente aire limpio y fresco, ventila el interior de esos cuartos obscuros, en el que una banda de delincuentes organizados convirtió nuestras instituciones.
En el caso de Manuela Carmena, tengo gran esperanza, dada su trayectoria personal y profesional. Su gran preparación, su madurez y su experiencia. El hecho de ser una persona con gran formación jurídica, garantiza un correcto funcionamiento del ayuntamiento, corrigiendo todos aquellos problemas que han cercenado desde tiempos de Alberto Ruiz Gallardón, la trasparencia y el verdadero interés de los madrileños. La gestión de la deuda municipal, una verdadera ´bomba de relojería´, será la prueba de fuego.
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona
En cuanto a Ada Colau, mujer inteligente, locuaz y cultivada, tengo mayor vacilación. Sin descalificar su lucha por la defensa de personas desahuciadas, muchas de ellas engañadas y víctimas de una crisis que no produjeron, la universalización de ese problema le hace andar sobre terrenos muy pantanosos. Si se deja llevar por la demagogia, el desastre está servido. Ahora bien, si desde el rigor, la justicia y la solidaridad, encamina la legislación local a una gestión cuyo único interés sea el bienestar y el progreso de los barceloneses, la historia hará un hueco importante a Ada Colau.
Desde aquí le deseo a ambas alcaldesas y a todos los demás representantes elegidos ayer, un feliz y próspero mandato. Que su mirada siempre vaya al frente, nunca para atrás. Nos jugamos mucho.
¡Buena Suerte!

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