Y no nos gusta por muchos motivos.
Porque:
2º) Nos sentimos engañados por lo que se anunció y ahora no se cumple.
3º) Es una agresión sin paliativos al Derecho Laboral vigente.
4º) Convierte en papel mojado el contrato de trabajo.
5º) Va a acortar la vida laboral en vez de incentivar su prolongación.
6º) Pone en verdadero peligro el sistema público de pensiones.
7º) Incentiva la rotación de personal y causa inseguridad en el futuro.
8º) Convierte el trabajo en algo marginal.
9º) Va a provocar una distribución aún más injusta de la riqueza.
10º) Es una verdadera amenaza que puede alterar la paz social.
Estas son mis razones o porqués de que esta reforma laboral no puede seguir adelante en su trámite parlamentario, tal y como ha sido redactada por el gobierno, que da la sensación de haber actuado de escribiente de la patronal más dura y reaccionaria.
Tratar de igualarnos a Europa tiene muchos caminos, pero debemos de acercarnos en todo, no sólo en aquello que sirve a la codicia, a la corrupción y al fraude, donde en los últimos quince años hemos sido líderes sin cuestión.
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