“Los mercados”, esos señores con tanto poder y pocas contemplaciones, nos han traído de nuevo otro episodio más de dudas sobre el euro e incremento de la prima de riesgo con la consecuente caída del Ibex-35 (ó 36) que cierra su primera semana del año en negativo, un 3,24 % se ha dejado tras comenzar el primer día con una subida del 1,83%, subida esta que rompía la última directriz bajista iniciada el 28 de octubre. Pero poco duró la alegría en casa del pobre, un día.
●La prima de riesgo se mantiene en niveles altos vistos ya últimamente, todavía lejos de los máximos de 460 puntos que alcanzó a mediados de noviembre.
●El cambio euro-dólar también esta mostrando una debilidad del euro frente al dólar, que cerró el año en 1,2949. A día de hoy cotiza en 1,2721 (-1,79%). Niveles clave que de no aguantarlos se iría a 1,2150 e incluso a 1,1880. Algo que parecería lógico si tenemos en cuenta la evolución del cambio en estos últimos años. Pero ahora tenemos la sensación que se produce por la debilidad del euro y no por la hiper-apreciación que este había mantenido desde la entrada en vigor de la llamada moneda única.
●El índice americano DJIA tras la vertiginosa caída de finales de Julio, se encuentra en una fase alcista que le ha hecho recuperar casi todo lo perdido. – cotiza en 12.359,92 puntos – casi el doble de lo que marcó en los mínimos de marzo de 2009.
●Tensiones de carácter geoestratégico, hacen subir el precio del crudo.
¿Qué es lo que esta ocurriendo? Difícil respuesta tiene esta pregunta, que igual sólo desde la simpleza más simple, se puede encontrar una respuesta lógica e inteligible.
1. Los tipos de interés oficiales siguen por los suelos, entre el 0,25 y el 1%, en las economías más desarrolladas.
2. La inflación marca valores entre el 2% y el 4%.
3. El PIB, parece ralentizarse en algunos de estos países, entrando quizás alguno en recesión en los próximos trimestres. Algunas compañías también reducen sus expectativas de beneficio para este y el próximo ejercicio. Y los bancos están todos en el ojo del huracán, no se fían ya ni entre ellos.
El panorama por tanto no es muy alentador. En consecuencia “El dinero tiene miedo”. Y como en la película de Pedro Lazaga (1970) siempre hay alguien dispuesto para aprovechar la ocasión y enriquecerse aún más.
A la sazón, en primer lugar se fuerza a los bancos centrales a emitir más dinero para acercar los niveles de oferta de dinero (MO, M1, M2…), de forma que todo el dinero creado virtualmente durante la estafa de los últimos años se materialice lo más pronto posible. En segundo lugar, al no subirse los tipos oficiales de interés, se presiona a través de las primas de riesgo, para que los tipos superen la inflación y den un rendimiento positivo a las fortunas que prestan su dinero a los grandes clientes-Estados y empresas-. Y ya en tercer lugar, la búsqueda del necesario equilibrio del sistema lleva a un empobrecimiento general de algunos de los actores.
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