El presidente del gobierno anunciando elecciones generales |
El pasado día 15 de febrero el presidente del gobierno nos
anunciaba la convocatoria de elecciones para el próximo día 28 de abril. Una
fecha aparentemente muy bien calculada, ya que contando los plazos preceptivos
tras las elecciones y el período de gobierno en funciones, nuestro actual
presidente del gobierno habrá estado, gane o no gane, el tiempo suficiente en
el cargo para que le queden la paga y privilegios anexos al haber ostentado el
cargo el tiempo mínimo que marca la ley. Puede haber sido también una
casualidad, no lo dudo.
Dicho esto, el tablero político que se nos presenta es
poco alentador. ¿Por qué? Bueno, como ya hemos visto en Andalucía
recientemente, para formar gobierno se requiere del acuerdo de partidos poco
amistosos o coherentes entre sí. Por un lado la Derecha, con el Partido
Popular, Ciudadanos y Vox. Por el otro la Izquierda, con el PSOE y Unidos
Podemos. Hay un tercer espacio que rellenan fuerzas o partidos cuyo razón de
ser es la ruptura de España y el enfrentamiento. Son; ERC, PdeCAT, Bildu y otros de menos relevancia.
Otegi ya ha anunciado su predisposición o simpatía por Pedro Sánchez. Los
independentistas catalanes de momento no se pronuncian, pero todos sabemos que
su apoyo a Pedro Sánchez requerirá del pago de un precio imposible: Subvertir
el actual ordenamiento jurídico y permitir que menos de la mitad de los
catalanes impongan en Cataluña una república imposible, con la unión de
partidos de ideología distinta que ahora solo les une la ruptura de España, con
más de cinco siglos de camino político en común, con raíces y culturas similares,
con diferencias enriquecedoras que provienen de las diversas ubicaciones
territoriales, climas, recursos naturales e infraestructuras. Lo que permite a
la nación, bajo los principios de solidaridad y de mercado, el progreso y la
búsqueda del bienestar común.
Las actuales encuestas dan un reñido desenlace entre los
dos bloques referidos.
Resultados de las recientes encuestas de intención de voto. Y mi pronóstico. |
Por lo que el bloque de Izquierda e Independentistas ha
fijado su mensaje en “Hay que frenar a la Derecha”. No hay otro argumento que
descalificar al adversario. No se proponen ideas o cosas que capten el interés
de los ciudadanos, más allá del enfrentamiento. Y así es muy difícil lograr algo
positivo.
El Partido Popular se presenta con un nuevo líder que ya
figuraba antes en sus filas representativas. Su pasado reciente y no tan
reciente, ha venido a demostrar que era una organización delictiva que buscaba
solo el enriquecimiento personal. Ahora pretenden hacer lo que antes no
hicieron. Incomprensible.
El PSOE, que ha gobernado el país muchos años, se ha
echado en manos de partidos populistas y comunistas, que junto a los
independentistas, no le dejarán hacer nada constructivo si antes no pliega sus
intereses a los de estas fuerzas. Sin olvidar tampoco los graves casos de
corrupción en sus filas, tanto en el pasado como en el reciente.
Nos quedan pues tres partidos de nuevo cuño: Ciudadanos, Podemos y Vox.
Ciudadanos es un partido difícil de etiquetar. Sus tumbos,
sus contradicciones y algunos de sus representantes; Valls, Cantó o Marín, siembran
muchas dudas en cuanto a que es lo que realmente harán si llegan al poder. Solo
se han mantenido firmes sus ideas en cuanto a la ruptura del Estado, origen o
génesis de su creación.
En cuanto a Podemos, que acaparó el interés de muchos
ciudadanos, se ha ido desinflando poco a poco, en muy poco tiempo. Primero incorporó al Partido Comunista en sus listas en las últimas elecciones. No sumaron, más bien
restaron. Muchos de sus fundadores ya no están, se han ido. Su líder ha dejado
claro que antes que el interés del pueblo está el suyo. En resumen, un fiasco de
partido que trata de rentabilizar en beneficio propio las carencias de muchos
ciudadanos y ciudadanas, prometiendo cosas imposibles para así poder mantener
el chiringuito abierto. Lo que dure, dura.
Y por último queda Vox, un partido que nace de antiguos
militantes o simpatizantes del PP al que lo quieren calificar como
ultraderecha. Mientras ultraizquierda no hay. Curioso balance.
Para mi Vox, es un partido que está posicionado con un
mensaje claro y sin ambages, clásico de un partido conservador. Durante estos
últimos años, su protagonismo en defensa de la unidad de España, del control
migratorio o de la derogación de leyes subjetivas e inconstitucionales, ha ido
acrecentando su presencia en los medios y consecuentemente en la opinión
pública. Te puede gustar o no, pero no es ultraderecha, aunque en sus filas
pueda militar alguien con esa calificación.
Candidatos de los cinco partidos de implantación nacional |
Y para terminar. Creo que lo único que necesitamos son políticos
honestos, que busquen soluciones a nuestros problemas y las sepan implementar.
Que hagan de la ejemplaridad su estandarte. Es decir, que nos ofrezcan
resultados tangibles, que lleven a España al lugar que se merece en el
concierto mundial y que dejen de mirar para sus intereses y el de sus afines.
No es difícil.
Cuida tu voto, amigo y amiga, es la única ocasión en la
que podemos ser protagonistas de nuestro presente y de nuestro futuro. Cordiales
saludos.
Me alegra que estés de vuelta. Muchas gracias. Pienso más o menos lo mismo que tú. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarOtro para tí, JR. También te echaba de menos. Gracias.
ResponderEliminarDesde luego tu artículo es muy claro, en mi punto de vista en mi blog político digo algo similar, te pongo el enlace por si no lo has visto https://elforodelatribunadeavalon.blogspot.com/2019/02/punto-de-vista-iii.html
ResponderEliminarLeído y comentado.
EliminarSaludos.