Rajoy y Rivera tras la reunión mantenida |
En dicha
rueda de prensa se le notaba confuso, nervioso y algo burlón. Varias fueron las
no respuestas a los periodistas allí congregados.
Al día
siguiente los portavoces de ambos partidos, PP y Ciudadanos, firmaban el
acuerdo cambiando el punto sexto en el que se planteaba una comisión Bárcenas por una comisión de financiación
irregular. Y la presidenta del Congreso, Ana
Pastor, hacia oficial la fecha de la sesión de investidura: el 30 de
agosto.
Pronto
trascendió que de ser fallida la formación de gobierno otra vez, las cuentas
electorales nos llevaban al domingo día 25 de diciembre, Navidad, como fecha
para unas nuevas y terceras elecciones. El culpable de ello era Pedro Sánchez si no cambiaba su no por
una abstención. Los voceros del régimen, prestos y veloces, se hicieron eco de
tamaño despropósito. Todo estaba calculado para ello. Si bien el abanico de
posibilidades es amplio.
Girauta y Hernando, firmantes del pacto |
En primer
lugar, tal y como ya ocurrió en la elección de Ana Pastor como presidenta del Congreso, sin que sepamos de donde
salieron los votos, alcanzó 179 votos afirmativos. Se especula con que eran del
PNV y DiL, dos partidos de derechas pero independentistas, algo que dejaría muy
mal al presidente en funciones y al partido que representa.
De no ser
así, parece difícil que sea investido en esta convocatoria.
Podría
entonces darse la circunstancia de que lo intentase el PSOE con Podemos y los
partidos independentistas de izquierda, ERC y Bildu, más algún apoyo o abstención
de PNV y DiL. Un poco complejo, dicha sea la verdad, que se pusieran de acuerdo
esta serie de partidos cuyos objetivos son tan dispares.
Luego nos
queda que lo volviese a intentar Rajoy
tras las elecciones vascas, si el PNV necesita de apoyos para gobernar. Y también,
que por fin, Rajoy se echase a un
lado y lo intentase otro candidato del PP, lo que podría llevar al PSOE a una
abstención técnica de mínimos, es decir, la abstención de once diputados del
grupo socialista.
De no
darse ninguna de estas circunstancias nos veríamos votando el día de Navidad
por tercera vez y sin que con seguridad se aclarase el panorama político, con
lo que Rajoy seguiría en funciones y
batiría el record de legislaturas presididas por él, cuatro; X, XI, XII y XIII.
Pero eso sí, la culpa sería de Pedro Sánchez,
como antes lo fue de Zapatero. Y es
que nuestro presidente en funciones es todo un artista de las argucias y de las
trolas.
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