sábado, 11 de abril de 2015

"La violencia no tiene género"




En los últimos años, venimos viendo una incesante campaña contra la llamada “violencia de género”. Una lacra de nuestra sociedad.
Más de 60 mujeres han sido asesinadas por sus parejas en el último año. Si tenemos en cuenta los datos del balance de criminalidad en España, con 322 homicidios en el año 2014, la violencia contra las mujeres es responsable de casi el 20% de las víctimas. Una cifra escandalosa y alarmante, sin duda alguna.
Como “violencia de género” se ha definido al maltrato físico o psíquico que hace una persona contra otra de diferente sexo, abusando de su mayor fuerza o capacidad. La que realiza el hombre contra la mujer.
Acabar con estas actitudes, no es fácil. Fundamentalmente se debe a un problema de educación, al que sin duda en la gran mayoría de las ocasiones acompañan fuertes desequilibrios psíquicos y emocionales.
El problema educacional, data de no hace mucho tiempo. Aquí, en España, la mujer era una persona de segunda categoría y cuando estaba casada, absolutamente sometida a su esposo. Pocas cosas podía hacer sin el permiso de este. Algo que afortunadamente cambió en los últimos cincuenta años.
No olvidemos que hoy todavía existen y conviven con nosotros, algunas culturas o civilizaciones donde el rol de la mujer está en un segundo plano y el resto del mundo asistimos sorprendidos, pero poco más.
Hoy, las estadísticas al respecto, aunque alarmantes mientras exista un solo caso, sitúan a España dentro de los países de su entorno, lo que me lleva a pensar que si el problema educacional ha sido y es importante, no lo es menos el problema de salud mental.
Este problema psíquico o patológico, ya es más difícil darle una solución en el tiempo. La existencia de personas con fuertes desequilibrios mentales es algo natural, desgraciadamente. El tratamiento adecuado e incluso el internamiento en centros especializados, ayuda a corregir pero no a eliminar la potencialidad de este factor.
¿Era necesaria entonces una ley de violencia de género, tal cual? Cuyo nombre por cierto tampoco es muy afortunado, ya que a mi modesto entender las personas no tenemos género y si sexo.
Una ley desigual. Que en algunas ocasiones, pocas pero hay, es utilizada para vengarse. Invirtiendo la carga de la prueba. “Un coste asumible”, según López Aguilar entonces ministro de Justicia, para las denuncias falsas. Y que hoy, diez años después, el propio ministro promotor de la ley se ha visto denunciado por su entorno por presuntos malos tratos, ¿"es una cucharada de su propia medicina"?
En fin... volvemos a estar ante otro tema manipulado políticamente, en la búsqueda de votos y colectivos perjudicados, como ya ocurrió con las víctimas del terrorismo.
Bien están todas las campañas de concienciación, los centros y  todas las ayudas viables, teléfonos de emergencia, departamentos policiales especializados, asistencia social, etc. Pero sobra esa ley, electoralista y demagoga. El código penal ya recoge todos los delitos que se cometen en este supuesto. Al igual que ocurre con la violencia contra niños, la pederastia, el acoso o cualquier otro tipo de delito cuya víctima propiciatoria es un determinado colectivo social.
Luego volquémonos en la educación, en la información, en la ayuda y en la prevención, pero dejemos de manipular con marcado carácter electoralista y político, algo que lo que consigue es provocar nauseas y determinar un perfil muy bajo de quien hace de ello su estandarte.


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