Las cloacas |
El Caso
Pujol, por ejemplo, donde nos enteramos que el des-honorable Jordi llevaba 30
años robando a las arcas públicas catalanas y en consecuencia las españolas. Un
verdadero clan mafioso integrado por toda la familia, que el citado Jordi trató
de atajar responsabilizándose de todo y haciéndonos creer que tal fortuna era
una herencia de su padre. Patético.
También
nos apareció el caso de los cursos de formación, donde tanto sindicatos como
organizaciones empresariales, se llevaban el dinero a otros menesteres menos
productivos para la sociedad, pero no para sus bolsillos.
Rodrigo Rato brindando por Bankia |
El caso
Blesa, que acaparó el protagonismo a Bankia, donde el juez que lo instruía fue
inhabilitado por 17 años, justo en el momento que se conocía el desmadre de las
tarjetas opacas o “Black Card”, donde más de 80 consejeros de la entidad, entre
los que se encuentra el exministro Rodrigo Rato o el jefe de la Casa Real, Rafael
Spottorno, se gastaban el dinero alegremente. Sencillamente abominable.
Este caso
de las tarjetas nos muestra el verdadero estilo de todos estos sinvergüenzas,
que durante tantos años se han dedicado a detraer el dinero de los impuestos en
su propio beneficio. Hoteles, comidas, vinos, viajes, zapatos y ropa de marca, “saunas”
de relax sexual, retirada de efectivo, etc. son algunos de los gastos en los que incurrían estos
golfos.
Un reportaje del diario “El Mundo” nos detalla minuciosamente los
mismos.
También
en este tiempo transcurrido, otro delincuente como Carlos Fabra, que ha sido
condenado a prisión por el Tribunal Supremo, con las argucias de esta
casta delictiva ha evitado hasta el momento el cumplimiento de la sentencia.
Otro
asunto de Estado, ha conseguido que Pedro J. Ramírez, fundador y director de “El
Mundo” fuese cesado por el consejo de administración de la sociedad que lo
rige. El pecado: publicar los mensajes entre Rajoy y Bárcenas, cuando ya se
conocían las andanzas delictivas de este último.
Ana Garrido y el concejal acosador |
Y ya por último,
para hacernos una idea más cotidiana del tema, resaltar también que la empleada,
Ana Garrido Ramos, del Ayuntamiento de Boadilla, denunciante de la trama Gürtel,
que ha conseguido en dos instancias judiciales la sentencia de acoso laboral contra el concejal
Adolfo Arias Javaloyes del equipo de Antonio González Terol del
Partido Popular, se ha visto obligada a reincorporarse, tras el recurso
del consistorio ante el Tribunal Supremo. Deleznable.
¿Qué
hacemos?
Qué asco! Dan náuseas!
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