En un
anterior artículo “El Referendum catalán” exponía mi personal opinión al
respecto. También en “España y Cataluña, las dos preguntas” reforzaba mi teoría
anterior.
Hoy
quiero volver a incidir sobre este asunto, de suma importancia para la
estabilidad y la paz social en España.
El pasado
día 11 se celebró de nuevo “La Diada” con una notable representación de la
sociedad catalanista que apuesta por la independencia. Entre 500.000 y 1.800.000
personas se debatía la participación en tal efemérides. Además este año se
cumplía el 3º centenario de “la lucha de los barceloneses y de todos los
catalanes por defender un sistema jurídico, un entramado de libertades
individuales, estamentales y políticas, frente a las arbitrariedades de un
monarca absoluto”.
Quedan
poco menos de 2 meses para que llegue la fecha señalada para la consulta, que
según todos los indicios se realizará sí o sí.
Artur Mas, el día de la celebración |
Hasta
ahora el gobierno solo apela a la ilegalidad de la misma, algo correcto, y ya
se lanzan rumores de que Arturo Mas
podría ser condenado a 15 años de cárcel. Algo menos correcto, por no decir
absurdo y fuera de toda lógica.
Que la
consulta sea ilegal y por lo tanto no tenga validez jurídica, está claro y
meridiano en la Constitución Española, artículo 92, apartados 1, 2 y 3.
Que su
convocatoria sea un delito, “es harina de otro costal”. Tanto el derecho de
reunión, como de manifestación y de libertad de opinión y expresión, están también
regulados y garantizados en nuestro ordenamiento constitucional. Y esa consulta, sin validez
jurídica alguna, no es otra cosa que una manifestación, una reunión y una
expresión libre.
Jordi Pujol y su esposa Marta Ferrusola |
Vuelvo
pues a insistir que la mejor acción de gobierno, sería autorizar la consulta,
no vinculante por supuesto, de forma que los catalanes en libre actuación se
manifiesten al respecto. Matizando además la pregunta, incentivando su
concurrencia y valorando justamente la respuesta. A partir de ahí, adaptar la
legislación para que en un futuro no muy lejano se pueda llevar a cabo ese refrendo
secesionista, acabando así de una vez por todas, con un cuento que solo sirve
para alimentar a unos aprovechados, que hacen de un tema tan delicado,
peligroso y populista su “modus vivendi”, tal y como se ha demostrado con su máximo
representante, Jordi Pujol, el cual
ha estado robando a los catalanes y a los españoles, por extensión, durante más
de 30 años. Y lo peor de todo, es que a este más que presunto delincuente, aún
no se le haya detenido y puesto a disposición judicial, a pesar de todas las
pruebas e indicios que se hayan en manos de la policía, de la fiscalía y de los
juzgados.
¡Seguimos
muy mal representados y peor gobernados!
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