sábado, 12 de abril de 2014

Inflación, deflación y estanflación



No es de ahora, es de hace mucho tiempo. Nunca he entendido por que una inflación moderada – del 1 al 3%- era algo positivo para la economía. Hace algunos años, los gurús de la economía hablaban y ligaban inflación a empleo. ¿Se trataba de un mensaje engañoso? No lo sé.
¿Pero vale esto en macroeconomía? Veamos.
"¿El dólar asustado?"
La inflación no es otra cosa que el aumento de los precios. O sea, que las cosas valen más caras con el simple paso del tiempo.
¿Y por qué valen más caras? Los motivos técnicos pueden ser varios y diversos, como una escasez de una determinada materia prima, un exceso de demanda de la misma, una catástrofe natural que daña el tejido productivo de un país exportador, etc., etc. Es decir, situaciones determinadas que afectan al libre concurrir de la oferta y la demanda, en la búsqueda de su punto de equilibrio.
Pero hay otras situaciones que hacen subir los precios y no responden a cuestiones meramente técnicas. Como pueden ser, los monopolios, cárteles u oligopolios, cuyo establecimiento de precios se hace de forma pactada en contra de la buena competencia y de las leyes del mercado.
Ahora por ejemplo, el elevado endeudamiento de empresas, que les lleva a subir precios y disminuir salarios, para aumentar márgenes y poder así hacer frente a los elevados gastos financieros incurridos.
Paradojas de la vida
Esto además es más notable en productos y/o servicios de acuciante necesidad, por lo que su efecto es letal para la economía doméstica.
Que los precios bajen (deflación), o no suban, no debería ser motivo alguno de alarma. Si lo es la denominada estanflación, situación de estancamiento económico, en la que los precios siguen subiendo. Y es esta la situación que yo más bien veo en España, a pesar de los índices oficiales al respecto. No olvidemos el afán de desindexación de la economía española, que tiene el actual gobierno.
Pero los medios, no dejan de alertarnos sobre el peligro de deflación:
Mensajes alarmantes, cuyo mejor y casi único argumento es que la deuda se perjudica con ello. O sea, que para beneficiar al deudor, se prefiere perjudicar al trabajador o pensionista. Argumento pueril e interesado. El que debe, se endeudó en unas condiciones, y no puede pretender que una inflación venga en su auxilio. En cambio el trabajador, si ve reducir los precios, adquiere un mayor poder adquisitivo, con ello dinamiza la economía, se genera empleo, se produce más y el ciclo se expande.
¡No nos dejemos engañar!

2 comentarios:

  1. Excelente artículo. Con tu permiso, esto va como colaboración directo a mi blog.

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    1. Gracias Vicente, por tu elogio y por la difusión. Un abrazo.

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