Sí Pablo, tuviste en tus manos un caudal de ilusión y
esperanza como pocos. Pero lo dilapidaste. ¿Por qué?
Cuando tras el 15M surgió tu partido político, muchos
jóvenes y no tan jóvenes pensamos que podría entrar aire fresco en la política,
que tanto se necesita. Pero en poco tiempo muchos nos dimos cuenta de que eras
un farsante y un oportunista. Sí, así lo demostraste tras las elecciones de
2015, cuando podías haber apoyado aquello que surgió entre el PSOE y
CIUDADANOS, que algunos llamaron “El Pacto del Abrazo”. Os hubieráis
convertido en la llave del gobierno y haber influido en la política. Pero tu
egoísmo y tú falta de sentido político nos llevó a unas nuevas elecciones. Y
con ellas a un nuevo mandato de Rajoy.
Incluiste a los comunistas de Garzón en tu programa y con
ello ya te desenmascaraste del todo. Si tus condescendencias con la Venezuela
de Chávez o la dictadura de Irán, podían ser resultado de una juventud alocada,
la reivindicación comunista, la admiración a Lenin o a Otegi y la
dudosa posición al desafío secesionista catalán , ya no dejan lugar a dudas, solo
queréis desestabilizar a España, con no sé que objetivo o fin.
Te presentabas ante el rey sin guardar un mínimo de
respeto, no a él, sino a lo que representa (no soy monárquico, quede claro),
que hoy por hoy es la primera institución del estado. Mientras, te engalanabas
con un smoking, dos tallas más grande, para asistir a los premios Goya. ¿Cabe
mayor despropósito?
Hoy ya el partido que lideras está en franco retroceso.
Las divisiones y las purgas son el pan de cada día. En las comunidades y
ayuntamientos que tenéis responsabilidad, hacéis el ridículo y nada más. No hay
una sola cuestión que haya demostrado que hay otra política, más allá de la crítica
a los antecesores y el cambio de los beneficiarios por sus gestores. Antes eran
unos y ahora son los vuestros. Sigue el nepotismo más descarado.
Claro, que no hay mal que por bien no venga, y con el historial
acumulado durante estos años ya solo puedes recabar el voto de aquellos que
esperan que el estado, o sea los demás, les mantengan.
Una pena Pablo, ya no tienes cara de vicepresidente. Todo
lo más de ´maître´ de un dos tenedores.
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