jueves, 13 de abril de 2017

Juegos de guerra


En octubre de 1929, la bolsa de EE.UU. sufrió una caída impresionante, diez años después un loco que dirigía Alemania invadió Polonia y empezaba así lo que se conoció como II Guerra Mundial. Por un lado el bloque aliado; liderado por EE.UU., Rusia, Francia e Inglaterra. Por el otro, el conocido como pacto tripartito; Alemania, Japón e Italia. Duró casi 6 años, dejó millones de vidas humanas y ciudades destruidas.
Han pasado desde entonces muchos años, más de 70, el mundo ha cambiado superando aquella tragedia y la sociedad ha mejorado su bienestar de forma exponencial.
Durante estos años ha habido guerras, conflictos, amenazas, crisis…pero creo que ninguna con la cantidad de catalizadores que hoy se manifiestan. Por un lado la reciente crisis financiera que estalló en 2008, que aún no ha encontrado un camino adecuado para remontarla de forma contundente. Por otro, la cada vez más evidente pérdida de valores en la sociedad occidental, donde la codicia se ha impuesto como referente de los negocios con su consecuencia en el mundo laboral, con un reparto no proporcional de la riqueza generada y muchos de los derechos que tantos años costaron y sufrimiento causaron, se han visto cercenados en los últimos tiempos.
Todo un paso atrás. Tampoco podemos olvidar la mediocridad de los líderes políticos contemporáneos, que hoy son mayoría. Ni son ejemplares ni aciertan en sus decisiones. Si a esto añadimos la fuerte escalada del conocido como terrorismo yihadista, que está sembrando el terror en muchas ciudades, donde los atentados se realizan ya con medios al alcance de cualquiera, es obvio que estamos ante una situación excepcional que requiere de grandes dosis de inteligencia, mucha templanza y la toma de decisiones muy meditadas.
Recientemente, ante un ataque del ejército sirio con armas químicas a una base de rebeldes, EE.UU. ha respondido de forma inmediata con un ataque en toda regla a posiciones del ejército sirio. Se ha saltado todas las normas y ha bastado la orden presidencial para desencadenar el ataque. Algo que no se hizo ante un hecho similar en 2013. La reacción internacional ha sido dispar. Por un lado el apoyo de los llamados países occidentales, por otro la crítica, censura y advertencia de Rusia y China, ante la escalada bélica que ello supone, de que EE.UU. no puede tomarse la justicia por su mano. Mientras en plena escalada de tensión, EE.UU. desplaza un convoy de guerra liderado por el portaaviones ´USS Carl Vinson´ a la península de Corea, otro foco de tensión ya legendario. Y donde parece que en estos días se quiere hacer una prueba con un misil intercontinental que supone una amenaza directa a los EE.UU., entre otros países.

Tampoco debemos de olvidar que países como Iraq, Libia, Afganistán, Irán, Turquía, Israel, Palestina, Cuba o Venezuela, entre otros, siguen siendo foco de tensión, representando potenciales polvorines que pueden explotar en cualquier momento. Por ello, insisto, que los actuales líderes de las grandes potencias, no pueden dejarse llevar por arrebatos, fobias personales o cualquier otra circunstancia perversa, cuando de la paz y del futuro de la humanidad se trata.  

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