Problema. Los griegos están viendo como desde que se inició el proceso, cada vez están peor o mucho peor. La última gran decisión –una quita del 50% de la deuda, ya asumida- que parecía ser el fin de este culebrón, propio de un enredo de nuestro admirado Jardiel Poncela, parece que tampoco es la tan ansiada solución y pase de página.
El plan de rescate de la U.E ., ha costado y cuesta a los griegos pagar intereses de usura por la colocación de su deuda. Con la consecuente perdida añadida de su riqueza nacional. ¡Vaya ayuda! Con amigos así, mejor es estar solo.
El “mago” Trichet, que acaba de dejar la presidencia del BCE, que activó la compra de deuda de otros países llamados periféricos con objeto de relajar las tensiones en los mercados, de momento lo que nos ha dejado es una incertidumbre de tal calado, que dentro de unos años, cuando salgamos de la crisis – que saldremos- lo mismo nos acordamos de sus antepasados cercanos y no tan cercanos. ¡Que calamidad!. Bajo tipos, subo tipos, bajo tipos. Era como una sesión de magia sin final, en la que nunca sabíamos que iba a sacar de la chistera. Sí, ya sé que su gestión parece haber sido del agrado de muchos, pero su resultado ahí está. Seguimos igual o peor que cuando comenzó la función, no tenemos nada claro que va a ocurrir y lo que es peor, cada vez parece haber menos medidas aplicables. Pero en la recámara de los manipuladores y especuladores, todavía quedan Portugal, Irlanda, España e Italia. De momento.
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